Epistolarios de la muerte

AutorVerónica Espinosa

SAN LUIS POTOSÍ, SLP.- Entre el lunes 17 y el jueves 20, las principales ciudades potosinas y zacatecanas, así como sus capitales, fueron escenario de un intercambio de narcomantas con acusaciones de traición, amenazas y nuevas alianzas. El fenómeno exhibió la guerra intestina de Los Zetas en su afán por controlar el corredor San Luis-Zacatecas-Coahuila.

En su pleito contra Miguel Ángel Treviño, alias EL Z-40, el capo Iván Velázquez Caballero, El Talibán o Z-50, se presenta ahora como parte de unatríada delictiva-presuntamente integrada por Los Caballeros Templarios, El Cártel del Golfo y los llamados Cárteles Unidos- que ofrece frenar la ola de ejecuciones, secuestros y robos que le adjudica a Treviño, a quien también acusa de traidor.

El Z-40, por su parte, sostiene que sus detractores son "una banda de ladrones" que tarde o temprano se traicionarán entre sí, como ya lo han demostrado en otras ocasiones. Uno de los largos mensajes atribuido a él y que apareció en esta capital y en la de Zacatecas el jueves 20 señala: "Yo soy fiel a la letra y al Comandante Lazcano", y parece ser una respuesta a los colocados días antes a nombre del Talibán.

En esta ocasión, el Cártel del Golfo (CDG) entró de lleno a una plaza medular para Los Zetas, la de Fresnillo, donde esa organización colocó mensajes en los que aseguran que esa localidad, considerada una de las bases de operación estratégicas para el Z-50, es suya.

Durante la semana pasada, en este municipio zacatecano, así como los de Jerez, Zacatecas, Guadalupe, Pinos, Villa Hidalgo, Villanueva, y los de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez -los dos últimos en esta entidad- arribaron innumerables vehículos durante varios días, por la mañana. De ellos descendían personas que, sin repararen los pobladores, colgaron mantas en las cuales denostaban a la organización rival.

Ni los cientos de federales asignados en los últimos meses a las dos entidades ni los soldados ni los policías estatales ni los miembros de la Armada, que han intensificado su presencia en la región, han impedido el intercambio de mensajes y mantas, que han sido colocadas en puentes peatonales, vialidades y edificios.

La multiplicación de esos "epistolarios de muerte", literalmente clavados sobre los cuerpos de sicarios, narcomenudistas o civiles inocentes ejecutados, dispararon la sicosis entre potosinos y zacatecanos. Muchos de ellos viven hoy una situación similar a la que sus vecinos de Tamaulipas y Nuevo León...

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