Errores concertados en el caso Duarte

AutorErnesto Villanueva

En Veracruz sucedió un primer experimento que llegó a sus últimas consecuencias: la presumible simbiosis entre el crimen organizado y gran parte del gobierno del estado de Veracruz. Ya en Michoacán, con Fausto Vallejo, se habían visto relaciones indebidas con cárteles del crimen. Asimismo, en Chihuahua hay datos pre-suncionales de la misma conducta con el exgobernador César Duarte. En Quintana Roo el exgobernador Roberto Borge suplió el papel del crimen organizado y operó una parte de estas actividades delictivas, como el despojo de bienes inmuebles revestido de las formalidades legales.

Pero Duarte se lleva aquí la medalla de oro porque existen indicios claros de que hubo una fusión con grupos del crimen organizado para delinquir. En diversos municipios hay registros de secuestros, extorsiones, homicidios, tiros de gracia a la opinión crítica, que fueron sólo algunas de las expresiones más desafortunadas de este impresentable personaje.

No había duda, pues, de que alguien con esas características era insostenible incluso para un gobierno como el de Enrique Peña Nieto, quien ha hecho de la corrupción su principal bandera de gobierno. El alumno salió mucho más aventajado que el maestro. Por esa razón esa reserva tradicional del PRI votó por otra opción también poco presentable, el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, quien no es, en forma alguna, un ejemplo de ética pública.

Lo cierto empero es que Yunes Linares -quien conoce al monstruo en sus entrañas- advirtió oportunamente lo que sucedía en Veracruz. Hoy hay una supuesta búsqueda de Javier Duarte.

El principio del fin del gobernador con licencia tuvo lugar en una suma de eventos desafortunados. ¿Por casualidad, por ignorancia o por colusión o por las tres cosas juntas?

Duarte solicitó licencia al Congreso del Estado para "limpiar su nombre". Aquí empezó un viacrucis jurídico. Si tan interesado estaba en "limpiar su nombre", hubiese presentado su renuncia al cargo, la cual está prevista en el artículo 44 de la Constitución de Veracruz, que a la letra dice: "El cargo de Gobernador del Estado sólo es renunciable por causa grave, que calificará el Congreso del Estado". No lo hizo, ni tampoco los legisladores exploraron esa hipótesis. Hay una diferencia sustantiva entre la licencia y la renuncia. En el caso de la renuncia no hay duda de que el gobernador que ha renunciado pierde su fuero constitucional, es decir la inmunidad procesal para ser juzgado. En el caso de la licencia me...

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