¡Es un macro-tianguis!

Junto a la Fuente de Neptuno, entre los puestos pueden encontrarse libros, en su mayoría textos esotéricos; colguijes, pulseras; algún remedio para curar el mal de ojo y hasta una nieve artesanal.

"¡Pásele joven! ¿qué le damos?", grita un comerciante que busca atraer clientes.

Como si fuera un mercado rodante en cualquier colonia del área metropolitana, la parte central de la Macroplaza, un espacio que estaba vetado al comercio informal, se ha convertido, en los últimos años, en un lugar donde se instalan este tipo de ferias.

Entre los andadores que unen a la Fuente de Neptuno, el Teatro de la Ciudad y el Congreso del Estado las lonas blancas del tianguis cubren a decenas de puestos que exhiben tejidos de Oaxaca, diversos moles de Puebla, bebidas a base de licor de membrillo, comidas, nieves, bisutería y hasta productos de origen chino.

Comerciantes entrevistados aseguraron tener permiso de las salientes administraciones del Gobierno del Estado y del municipio de Monterrey.

"A nosotros nos cobran como 54 pesos diarios (para poder vender). Es una cuota mínima", dijo Juan Reyes, uno de los comerciantes.

"Hay que pagar limpieza, que nos pidieron", agregó. "Se batalló mucho para sacar el permiso".

El municipio de Monterrey rechazó tener injerencia en el área. Gobierno del Estado, por su parte, no respondió la solicitud de información.

Los comerciantes, que estiman ser cerca de 100 y se instalaron hace 23 días, aseguraron que originalmente estarían hasta hoy, pero señalaron que tendrán una extensión del permiso por, al menos, dos...

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