Escala el cisma panista del Senado

AutorÁlvaro Delgado

El estigma de traidores y corruptos le ha sido impuesto por sus compañeros del PAN a Ernesto Cordero, Javier Lozano, Salvador Vega y Roberto Gil Zuarth -secretarios de Estado y particular en el gobierno de Felipe Calderón-, luego de que el primero fue elegido presidente del Senado a contrapelo de su bancada y porque "coincide con los intereses del PRI-gobierno" de imponer como fiscal transexenal al priista Raúl Cervantes Andrade.

Se trata de un nuevo choque entre facciones del PAN que ha escalado a niveles insólitos ante el silencio de Calderón y de su esposa, Margarita Zavala, aspirante a la candidatura presidencial como Ricardo Anaya, quien como presidente de la Cámara de Diputados avaló también, en 2013, el "pase automático" a fiscal, acordado con el presidente Enrique Peña Nieto en el Pacto por México.

El primer paso del plan del "PRI-go-bierno" para imponer a Cervantes como fiscal general nueve años, según el PAN, fue colocar a Cordero como presidente de la Mesa Directiva del Senado, pese a que el grupo parlamentario había aprobado que serían Adriana Dávila y Laura Rojas, seis meses cada una.

Y así ocurrió: pese a que Dávila es admiradora de Calderón, seguidora de Margarita Zavala y fue asesora de Cordero en la Secretaría de Hacienda y coordinadora territorial de su precampaña presidencial, fue vetada junto con Rojas por Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores del PRI, quien impuso también como vicepresidente al panista Octavio Pedrosa con el aval de Gil, Lozano, Vega y José Luis Lavalle.

En este episodio que evoca cuando, en 2003, el gobernador Arturo Montiel, tío y antecesor de Peña Nieto en el Estado de México, compró a 13 diputados del PAN para quitarle la mayoría a la oposición y dársela al PRI, Dávila afirma que se impusieron las complicidades y que la culpa no la tiene ni siquiera Gamboa Patrón:

"Se lo dije a Gamboa: 'Usted está en su derecho haciendo su trabajo. Aquí lo lamentable es que el trabajo sucio lo hayan hecho mis propios compañeros'", narra la senadora, quien niega que, con la experiencia política de Cordero, Lozano, Vega y Gil Zuarth, hayan sido "chamaqueados".

-¿Es corrupción?

-Lo mínimo que puedo ver ahí es complicidad de intereses. ¿Cuáles? El tiempo lo dirá. El argumento que me dio Ernesto es que la "única manera de que el PAN tenga la presidencia es que seamos Roberto o yo". Le dije: "Yo no voy a permitir que Gamboa decida".

Y exclama: "¡Que no me salgan a mí con que la presidencia de la Mesa Directiva la tiene el PAN! ¡No, señores, la tiene el PRI!".

En entrevista, el viernes 1, Dávila creyó que, por ser del grupo de Calderón, sería apoyada por Cordero, Gil Zuarth, Vega...

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