Los escuadrones del exterminio

AutorJorge Carrasco Araizaga

Pero el descontrol de estos grupos armados -cuya existencia se ha negado desde el sexenio de Felipe Calderón- puede recrudecer la violencia en el país y alentar soluciones de contrainsurgencia impulsadas desde Estados Unidos, advierte el diputado Ricardo Monreal Ávila.

"Lo peor de todo es que no sabemos cómo proceder. Ni el gobierno de Enrique Peña Nieto ni mucho menos los legisladores", dice en entrevista a propósito de la aparición de su libro Escuadrones de la muerte en México, editado por la Cámara de Diputados.

Durante tres años el legislador ordenó en un libro las distintas expresiones de la violencia en el país. Fue un trabajo de recopilación periodística en torno a las consecuencias de la guerra contra el narco de Calderón, así como de entrevistas de él mismo con militares desertores, integrantes de fuerzas especiales de la Marina y hombres y mujeres entrenados para matar. También se enfrascó en la revisión de averiguaciones previas.

Para Monreal, en México hay cuatro tipos de escuadrones de la muerte: "Paralelos, oficiales, insurgentes y privados", según quien los financie y apoye. Ya no es como cuando eran auspiciados por el Estado, como la Brigada Blanca o Los Halcones que existieron en los años de la guerra sucia de los sesenta y setenta del siglo pasado y a los que se les ordenaba la aniquilación de personas.

"Ahora -apunta el diputado- hay escuadrones de la muerte privados. Los grupos empresariales contratan a mercenarios extranjeros para su seguridad personal, sobre todo combatientes de Estados Unidos e Israel. Capacitan a hombres y mujeres para su defensa, pero no se sabe si permanecen con ellos."

También están, precisa, los escuadrones de la muerte paralelos formados por la delincuencia organizada, así como los oficiales, que son unidades especiales de las Fuerzas Armadas dedicadas al exterminio de los delincuentes.

Los escuadrones de la muerte "paralelos" se dedican al cobro de rentas, extorsión y secuestro, pero sobre todo actúan en operaciones de comando para defender territorios; mientras que los "oficiales" son grupos de corte paramilitar auspiciados por el gobierno. Asimismo hay células especiales de las Fuerzas Armadas dedicadas a eliminar delincuentes.

En los privados y los paralelos -"los más peligrosos"- hay una presencia creciente de mujeres y menores de edad. Según estimaciones de Monreal, en la formación de los comandos de la muerte hay una tercera parte de mujeres y una proporción similar de menores. Seis de...

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