Otro eslabón de la cadena de complicidades

AutorJesús Cantú

En 2000, cuando perdió la Presidencia de la República, el PRI gobernaba en 21 estados; sin embargo, en la misma elección perdió Morelos y unos meses después Chiapas, con lo cual se quedó al frente de 19 entidades que exprimió para complementar el financiamiento oficial. Aunque la ruta no fue en línea recta, pues los conflictos internos los llevaron todavía a perder otros gobiernos, para llegar a su punto más bajo en 2005, con 17; al año siguiente de la controvertida elección presidencial de 2006 los priistas empezaron a repuntar para llegar nuevamente a 21 en 2012 y empezar a descender en 2014, para caer hasta las 12 en las que serán gobierno al finalizar este año.

La vía para el desvío de los recursos se evidenció en diciembre del año pasado, cuando se conoció el expediente de Ricardo Yáñez, exsecretario de Educación del gobierno chihuahuense, condenado a cuatro años de cárcel por desviar 246 millones de pesos. De acuerdo con el mismo expediente, los recursos extraordinarios que aportaba la federación -del llamado Fondo del Ramo 23- se destinaban a cubrir el dinero que se había distraído del presupuesto estatal para financiar las campañas electorales priistas.

De esta forma se destinaba el monto de la aportación federal para el apoyo electoral, pero la Auditoría Superior de la Federación no podía identificarlo, porque lo único que revisaba era el destino de los fondos federales y esos sí estaban bien ejercidos; el mismo monto de recursos se desviaba del presupuesto estatal, pero eso quedaba impune porque los órganos superiores de fiscalización de los estados no cumplían con su labor fiscalizadora.

El mecanismo siempre debió ser el mismo. Lo que cambió a partir de diciembre de 2012 fue la complicidad federal, pues en los 12 años de gobiernos panistas los desvíos se hicieron sin el conocimiento de las autoridades federales; pero eso cambio al regreso del PRI. Sin contar con pruebas para sustentarlo, una hipótesis plausible es que así operaron, entre otros, los gobernadores de Coahuila, Nuevo León, Veracruz y Chihuahua para financiar la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto y por ello gozan de la protección presidencial.

Una vez que recuperaron la Presidencia en 2012, se utilizó la misma vía para financiar las campañas de los candidatos priistas en los estados en los que eran oposición; eso fue lo que descubrió la fiscalía de Chihuahua y que la llevó a encarcelar a Alejandro Gutiérrez, mano derecha de Manlio Fabio Beltrones...

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