El eslabón entre Peña y el militar

AutorJesusa Cervantes

En su sexenio, Peña Nieto convirtió a su amigo en el encargado de presionar a los legisladores federales para aprobar la entonces llamada Ley de Seguridad Nacional, mediante la cual ambos obtendrían impunidad ante posibles acusaciones de violación de los derechos humanos durante la lucha contra el narcotráfico y evitarían pasar por un litigo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como sí le ocurrió a Felipe Calderón.

El engarce entre Peña y Cienfuegos fue el exgobernador de Coahuila Humberto Moreira, promovido como dirigente nacional del PRI cuando el mexiquense era precandidato presidencial.

La intervención de Moreira fue clave para Peña Nieto en el sector castrense, círculo del cual conocía poco.

El 2 de julio de 2012, día de la jornada electoral, Proceso publicó el reportaje Una ruta llena de fango, en el cual se da cuenta de la relación de Moreira con Peña Nieto y otros personajes cuestionados públicamente por su inesperado enriquecimiento; entre ellos también figuraba Carlos Castillo.

En octubre de 2011, un año antes de obtener la nominación oficial de su partido a Los Pinos, gobernadores y exgobernadores acudieron a un encuentro en McAllen, Texas, en la casa de Castillo -alias El Dragón-, para refrendar su apoyo a Peña Nieto.

En la cita estuvieron el entonces gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, y el de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, así como el exgobernador de Coahuila que para ese entonces ya era el dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira.

El 15 de junio de 2009, Castillo, quien a la postre fue detenido por el gobierno estadunidense por presuntos vínculos con el crimen organizado, realizó una fiesta en su residencia de McAllen. Al encuentro acudieron, según el blog de noticias Signos de Tamaulipas, Peña Nieto, Humberto Moreira y el entonces gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, actualmente preso por presuntos vínculos con el narcotráfico.

Debido a sus relaciones políticas y empresariales, Humberto Moreira se convirtió en marzo de 2011 en el personaje idóneo de Peña Nieto para dirigir el PRI.

Además del partido, el entonces dirigente nacional también fue el pasaporte de Peña a los círculos castrenses. Así, ese año resultó clave para el expresidente de México y los generales vinculados a Moreira, entre quienes figuran Jorge Juárez Loera, Roberto Miranda Sánchez y el propio Salvador Cienfuegos.

Los dos primeros eran viejos conocidos de Moreira, pues cada uno de ellos había estado al frente de la XI...

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