España vota en medio de una honda crisis política

AutorAlejandro Gutiérrez

MADRID.- La inestabilidad política por la que atraviesa España desde 2015 -cuando terminó la era del bipartidismo del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)- parece tener garantizada su continuidad de cara a la conformación de un nuevo gobierno tras las elecciones de este domingo 28.

La fragmentación política y la profunda polarización son los signos que vive el país y que marcaron este proceso convocado por el presidente Pedro Sánchez 10 meses después de su arribo al palacio de La Moncloa.

Parece cumplirse el diagnóstico que aquel 2015 hizo el expresidente Felipe González cuando habló de la "italianización" de la política española. "Vamos hacia un Parlamento italiano, pero sin italianos que lo gestionen", ironizó.

Los dos debates electorales (el del lunes 22 en Radio Televisión Española y el del martes 23 en Atresmedia) definieron con mayor claridad los dos bloques en la carrera hacia La Moncloa, sede del gobierno central: uno de centro-izquierda y el otro de derecha.

Prácticamente todas las encuestas daban como triunfador al presidente Pedro Sánchez, pero debido a que España es una monarquía parlamentaria, el ganador deberá negociar acuerdos de investidura y de gobierno con votos suficientes para aprobar sus políticas en el parlamento.

Uno de los pactos al que aspira un sector del electorado es que Sánchez lo haga con Ciudadanos, con lo cual conseguiría 178 escaños, dos por encima de la mayoría parlamentaria, de acuerdo con la encuesta del diario El País publicada el domingo 21, suficiente para gobernar. No obstante, este escenario es poco factible, si no es que imposible.

La razón es que Albert Rivera, de Ciudadanos, colocó un "cordón sanitario" porque no quiere pactar con Sánchez -porque éste se alió en la moción de censura con "Podemos y con los independentistas que quieren romper España"-; Sánchez, a su vez, ecuando el segundo debate aseguró que no está en "sus planes" pactar con un partido que le pone cordones sanitarios, si bien después matizó su declaración.

La otra posibilidad más viable es que Sánchez alcance acuerdos de gobierno con los mismos partidos con los que consiguió la moción de censura a Rajoy; es decir, sumando a Unidas Podemos (nueva denominación de Podemos), Compromís y Partido Nacionalista Vasco (PNV), con lo cual alcanzaría 170 escaños.

Sánchez tendría que contar con el voto de los partidos independentistas catalanes, una alianza riesgosa, pues daría argumento a los partidos de la derecha para atacarlo en pleno desafío soberanista y en medio del juicio en el Tribunal Supremo contra los líderes del proceso de independencia. Entre los partidos ca- talanes, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) podría crecer de nueve a 13 escaños y prevé formar grupo parlamentario con la formación vasca EH Bildu.

Por su parte, el encarcelado exvicepresidente catalán Oriol Junqueras hizo campaña desde la madrileña prisión de Soto del Real. En una video-conferencia expuso que su partido "no facilitará un gobierno de...

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