Para los estadounidenses, todas las ventajas

AutorJenaro Villamil

El viernes 18 de julio, el pleno del Senado de la República aún discutía la nueva Ley de Hidrocarburos, que legaliza la apertura de contratos a compañías privadas petroleras, incluyendo a las poderosas trasnacionales norteamericanas, pero los Acuerdos Transfronterizos sobre Hidrocarburos (ATH) firmados entre Estados Unidos y México ya entraban en vigor ese día, restringiendo la participación de Pemex a sólo 20% de estos yacimientos, donde se calcula que existen 172 mil millones de barriles de crudo y 304 mil millones de pies cúbicos de gas natural.

La primera irregularidad estaba a la vista de los senadores que conocieron de este acuerdo avalado apenas el 19 de diciembre de 2013 por el Senado estadunidense mientras en México se discutía la reforma constitucional en materia energética: originalmente se le prometió a Pemex una participación "mínima" de 50% y ahora se reducía a 20% en estos yacimientos.

En tribuna, el mismo 18 de julio, la senadora del PRD Dolores Padierna recordó que estos acuerdos son anticonstitucionales. "Dicho de otra manera, la privatización energética en exploración y explotación de hidrocarburos se aprobó antes de aprobar el cambio constitucional", sentenció.

"Durante 10 años estuvieron empresas norteamericanas, competidoras de Pemex, en una zona estratégica y estuvieron ensayando, logrando avanzar tecnológicamente. No sabemos por qué no se actuó en Pemex. El hecho contundente es que este acuerdo transfronterizo dejó sin protección el interés nacional, ya que las empresas norteamericanas ya estaban trabajando ahí en nuestra frontera marítima y no quedaron obligadas a una eventual distribución o reglas de ambos países para que nuestros hidrocarburos no se los llevaran al vecino país", argumentó la legisladora.

Padierna advirtió el punto fundamental de los ATH entre México y Estados Unidos que explicaba la celeridad para aprobar en el Congreso mexicano las leyes secundarias: en el artículo 1 de este acuerdo se establece que "estas cláusulas no aplican sin la voluntad de las empresas que están trabajando en el área limítrofe con México".

En otras palabras, no se podrán modificar las licencias y el acuerdo no aplica a la jurisdicción de aguas territoriales con Texas.

La senadora perredista afirmó que el área abarca 140 bloques marítimos en la zona limítrofe entre México y Estados Unidos, de los cuales 23 ya están conce-sionados a las grandes empresas de ese país, como Exxon-Mobil, Chevron, Cono-coPhillips, Shell y decenas de pequeñas compañías con sede en Texas.

Pemex ha explorado esa zona desde hace 14 años con plataformas sumergibles del Grupo R, propiedad del empresario tamaulipeco Ramiro Garza Cantú, y con plataformas semisumergibles de Carlos Slim, sin extraer los miles de barriles que se habían prometido del lado mexicano.

El senador Luis Sánchez, también del PRD, señaló en el mismo debate que deliberadamente Pemex no explotó los yacimientos transfronterizos para beneficiar a la contraparte estadunidense, y consideró que con 20% de participación la paraestatal mexicana "entregará los recursos del país".

En defensa de los ATH, la senadora priista...

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