Estampas de una visita a Europa

AutorMarco Appel

GINEBRA/BRUSELAS.- Hilda Legide-ño y Bernabé Abraján, padres de dos de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, viajaron a Europa para denunciar las graves irregularidades en que ha incurrido el gobierno mexicano durante la investigación del caso.

Para ellos fueron cinco días agotadores, primero en Ginebra, Suiza, para asistir a la sesión de evaluación de México ante el Comité contra las Desapariciones Forzadas y otros organismos de derechos humanos de la ONU, y luego en Bruselas, donde se encontraron con representantes de diversas instituciones de la Unión Europea.

El significado de su presencia en esas ciudades europeas, cuya realidad estan lejana a la de Guerrero o en general a la de México, puede intentarse resumir en unas cuantas estampas de las que fueron testigos este corresponsal o fuentes de primera mano.

"Aquí está muy tranquilo"

Legideño y Abraján se pasean a orillas del lago Lemán, en Ginebra, después de la primera sesión del Comité de la ONU contra las Desapariciones Forzadas. La noche era fría y el paisaje de ensueño, con sus áreas verdes, pequeños puertos y viejos edificios.

Caminan y caminan observando cómo es la vida en una de las ciudades más caras de Europa, donde un café cuesta casi cuatro euros (64 pesos) y una cerveza ligera, cinco. Pero también es una de las más seguras, a pesar de que la mitad de la población tiene un arma en su casa y de que el país gasta una parte considerable de su presupuesto en defensa.

Han caminado tanto que sus jóvenes acompañantes ya no aguantan los pies ni el clima gélido. Preguntan a Legideño y Abraján si no están cansados, si no quieren entrar a ese bar o a aquel café, pero ellos contestan que no, que quieren seguir caminando.

Dicen que más cansado es manifestarse en México bajo el rayo de sol y el riesgo de la represión policiaca en cualquier momento: "Aquí está muy tranquilo, ¡cuál cansancio!".

Una modesta mochila de los Pumas

Dondequiera que se presenten, Legideño y Abraján encuentran periodistas y corresponsales internacionales que quieren hablar con ellos: la trágica historia de sus hijos despierta un inédito interés en los medios europeos.

En cada entrevista o rueda de prensa, Hilda y Bernabé despliegan sus mantas, como si fuera un ritual, con la fotografía en blanco y negro de los rostros de sus hijos y sus nombres, Jorge Antonio y Adán, respectivamente.

Abraján nunca dejará de portar su camiseta blanca, con la foto de su hijo y escrito: "¿Dónde estás Adán?" y detrás, "La...

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