La estrategia secreta

AutorMarcela Turati

En mayo de 2010 la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) re-clutó a exfuncionarios con sensibilidad social, experiencia en trabajo de campo bajo condiciones difíciles y perfil bajo, a quienes les asignó una misión secreta financiada por varias secretarías de Estado y codirigida por Gobernación: penetrar en zonas narco o de alta violencia para diseñar proyectos que permitieran al gobierno recuperar esos territorios perdidos.

Cerca de 40 hombres y mujeres fueron enviados a las zonas peligrosas de la Sierra Tarahumara (Chihuahua), La Huacana (Michoacán), la Costa Chica y La Montaña (Guerrero), Selva, Arteaga y la zona za-patista (Chiapas), Badiraguato (Sinaloa), El Triángulo Dorado (la zona de la Sierra Madre donde se unen Sinaloa, Durango y Chihuahua), la Sierra Sur y los Loxichas (Oaxaca), la sierra cora-huichola (Nayarit y Jalisco) y La Huasteca.

Cada equipo de trabajo se designó con las siglas GTOR (Grupo Técnico de Operación Regional). El plan, que continúa en operación, lleva un nombre que le permite pasar desapercibido: Proyecto de Desarrollo Regional.

El trato con los seleccionados fue que cobrarían un salario como asesores externos para no aparecer en nómina, que au-tofinanciaran los viáticos con ese sueldo y viajaran bajo su propio riesgo a las zonas peligrosas. En la lógica de no dejar rastro documental alguno, no se les dio acreditación como funcionarios de gobierno ni teléfono celular. En caso de que tuvieran problemas, la Sedesol negaría conocerlos.

A cambio, ellos debían hacer estudios de campo que indicaran los principales conflictos en la zona, tejer tratos con líderes y autoridades locales, así como seleccionar con ellos las obras sociales más urgentes y diseñar, cotizar y gestionar los proyectos que impulsaran el desarrollo.

"Es un programa de desarrollo alterno que busca inhibir la inclusión de los jóvenes al narco. Hay que hacer diagnósticos de las zonas de riesgo y dar opciones de cómo se podría trabajar ahí. Detonar proyectos de infraestructura, romper territorios narco abriendo carreteras, por ejemplo", explica uno de los contratados.

Tres personas entrevistadas por Proceso, conocedoras de la estrategia, sospechan que el programa también tenía funciones de "inteligencia" y de "seguridad nacional". Dos más señalaron que su misión es netamente social. Una de ellas dijo en su defensa: "No somos orejas ni ponemos dedos".

La estrategia arrancó en marzo de 2010 bajo el mando del jefe de la Unidad de Microrregiones, Germán Palafox, quien renunció a la dependencia al final de ese año, en el que se estrenó como...

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