En la "euromiseria" crece la izquierda

AutorAndrés Mourenza

ATENAS.- Son casi las cinco de la mañana y aún faltan varias horas para que el sol ilumine esta capital. En el barrio cla-semediero de Kukaki, a 10 minutos a pie desde la entrada de la famosa Acrópolis, una mujer rebusca en un contenedor de basura. No viste harapos. Al contrario, a juzgar por su ropa nada haría sospechar que se trata de una persona forzada a buscar alimento entre los desechos.

Ella forma parte de una nueva clase de pobres surgida en Grecia por la crisis; esa clase que, al amparo de las horas más oscuras de la noche -para evitar la vergüenza de ser vistos por los vecinos- busca comida en la basura.

No es una imagen inusual. El escritor griego Petros Márkaris, quien vive en otro barrio ateniense antaño pudiente y hoy venido a menos, lo ha dicho varias veces: Cada noche, entre las tres y las cuatro de la mañana, lo despierta el ruido de los inmigrantes rebuscando en los contenedores; dos horas más tarde lo despierta el mismo ruido, pero esta vez los que buscan son griegos, quienes aprovechan el momento en que las calles están más desiertas.

Pese a los sucesivos préstamos -por 240 mil millones de euros- que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han concedido a Grecia para rescatarla de la quiebra, su programa de ajuste no ha logrado sino profundizar la crisis. Con una tasa de paro de 25.8% -que se eleva por encima de 50% en el caso de los menores de 25 años- el país es, proporcionalmente, el Estado de la UE con más desempleados.

Los griegos han visto reducido 40% su poder adquisitivo y decenas de miles de familias han sido desconectadas de la red eléctrica por no poder pagar sus facturas. Otros queman muebles viejos, bancas callejeras o ramas para poder calentarse en invierno.

La economía, tras seis años de recesión en los cuales su Producto Interno Bruto se ha contraído 26%, volvió a remontar ligeramente el año pasado (0.7% en el tercer trimestre de 2014), hecho presentado por el gobierno del conservador Antonis Samarás como "una historia de éxito".

"Quizá la situación macroeconómica se está estabilizando, pero a nivel social vemos que la gente aún tiene problemas graves. Los nuevos trabajos son a jornada parcial y con salarios de entre 200 y 300 euros, lo cual en Grecia es insuficiente para comprar lo básico", explica a Proceso Niki-tas Kanakis, secretario general de Médicos del Mundo en Grecia, una ONG establecida en el país mediterráneo para recaudar fondos destinados al Tercer Mundo y que ha terminado por asistir a la población local.

En los seis consultorios que tiene en Grecia, Médicos del Mundo atiende diario a mil personas, pues uno de cada tres griegos ha perdido el derecho a la sanidad pública o no se puede permitir pagar los cinco euros que cuesta cada visita a los hospitales estatales.

Kanakis subraya...

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