Evo Morales: "No aceptan que los indios puedan hacer historia"

AutorMathieu Tourliere

El jueves 14, menos de dos días después de que un militar terció la banda presidencial de Bolivia en su pecho, Jeanine Áñez, presidenta interina defacto del país sudamericano, advirtió que el expresidente Evo Morales quedaría excluido del futuro proceso electoral.

En su exilio en México, a 5 mil kilómetros del Palacio de Gobierno de La Paz -donde Áñez afirmó que Morales "no está habilitado para un cuarto mandato"-, el líder indígena reta a su sucesora "ilegal-mente autoproclamada":

"Los golpistas no van a pasar en Bolivia, aunque momentáneamente estén. ¿Quién es ella para decir que no puedo presentarme? Si tuviera sentencia ejecutoria, claro, no podría presentarme; pero cualquiera está habilitado para presentarse. ¿Por qué tanto miedo a Evo?", lanza.

-Y sí, ¿por qué tanto miedo a Evo? -se le pregunta de rebote.

-Porque ni en la República ni en tiempos de la Colonia estuvimos tan unidos los movimientos campesinos indígenas originarios; y además de esto, porque hemos demostrado cómo se gobierna. Eso no lo aguantan. Sigo convencido de que si nos fuéramos a nuevas elecciones, ganaríamos otra vez. Y no lo aceptan. Entonces dicen '¡Sin Evo, sin Evo!' ¿Por qué sin Evo?"-revira.

El pasado lunes 11, después de un largo y tortuoso viaje, Morales tocó suelo mexicano en calidad de asilado político. Tras realizar una serie de actos protocolarios con integrantes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y agradecer en repetidas ocasiones al mandatario mexicano por "salvarle la vida", el boliviano se instaló en su nueva realidad del exilio.

A la par de una intensa actividad desde su cuenta de Twitter, indica que su estrategia consiste ahora en "denunciar el golpe de Estado en los medios y estar en contacto con la gente, con nuestras autoridades", con el objetivo de "volver, para incorporarnos a esta lucha del pueblo boliviano".

En entrevista con Proceso el viernes 15, Morales rememora con amargura los acontecimientos que lo llevaron a anunciar su renuncia el pasado domingo 10, después de tres semanas de protestas contra el cuestionado proceso electoral del 20 de octubre, al que se sumaron la policía y las fuerzas armadas. "Mientras tengamos vida, sigue la política y sigue la lucha. Duele, estoy triste pero fuerte", dice sobre su estado de ánimo.

Durante la plática identifica a los grupos oligárquicos "racistas" y "fascistas" que concretaron la "conspiración" para derrocarlo, deplora la "traición" de la cúpula militar —que, en una alocución televisiva, le "sugirió" que presentara su renuncia- y el actuar de Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA). "Los tiempos juzgarán a este tipo de golpistas", sentencia.

Antes de recibir a este semanario, el líder boliviano permanece encerrado media hora con su equipo cercano en un salón privado del hotel Brick, en la colonia Roma. Aprovecha el tiempo entre dos entrevistas para informarse sobre los acontecimientos en Bolivia y enviar instrucciones a los legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS), que desde el jueves 14 iniciaron un diálogo con el nuevo gobierno defacto.

Explica: "Felizmente la bancada (del MAS) está muy unida, tenemos dos tercios de la Asamblea. Si ellos no acuerdan con nosotros, la bancada no va a realizar ninguna salida democrática. Por tanto, tienen que ir al diálogo. Si ellos quieren nuevas elecciones, la asamblea tiene que elegir nuevos tribunales electorales. Y si no, se empantana; está en caos Bolivia".

Sus aliados en Bolivia "están resistiendo, piden que vuelva", dice, y añade: "Yo estoy esperando si la Asamblea rechaza o aprueba mi renuncia. Si rechaza mi renuncia, estoy preparado para volver en cualquier momento".

Afirma que el deseo del MAS "es pacificar Bolivia, que no haya más muertos ni heridos; que respeten nuestros derechos. Pedí la intermediación de la Iglesia -aunque siempre se puede dudar de algunos jerarcas de la Iglesia católica-; hemos pedido la intervención de Naciones Unidas, estamos en esta tarea de cómo pacificar, pero respetando los derechos y la Constitución, y acabando con la dictadura".

Como lo hizo de manera reiterada desde que arribó a México, Morales insiste en que...

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