Ex convictos, otra oportunidad

Salió de la cárcel con las manos libres pero sin dinero ni propiedades, lo pudo conseguir todo acudiendo con sus "contactos", pero mejor quiso respirar la libertad después de estar preso 14 años acusado de delitos contra la salud.

En prisión puso en práctica sus conocimientos de maestro normalista, ingeniero civil y economista, daba clases y de vez en cuando hablaba el idioma inglés y francés que desde niño le enseñaron, sin embargo, también aprendió a realizar artesanías.

Tuvo ranchos, joyas, millones de dólares, autos y un avión, viajó a Europa y Sudamérica, conoció todos los rincones del país que usaba como puente para traficar internacionalmente la cocaína.

"Mi delito fue que metimos demasiadas toneladas de enervantes a Estados Unidos", reconoció.

Aunque en 1983 fue condenado a 19 años de prisión, una Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, le disminuyó 3 años de condena, tiempo en el que su sobrina le presentó a Carmen, la mujer con la que se casó estando interno en la Penitenciaría de Santa Marta Acatitla.

Ella luchó para sacar a Joaquín de la cárcel pese a que los abogados le decían que no había esperanza de libertad. Carmen se entrevistó con varias personas y luego de mover cielo, mar y tierra, logró que en 1998 su esposo obtuviera su libertad.

"El tiempo en el reclusorio es demasiado amargo, sientes que la vida se te va como agua entre las manos, una amargura que sólo viviéndola la puedes sentir. Tuve suerte, encontré a una mujer que me sacó de la cárcel", dijo.

A los 67 años de edad, Joaquín salió de prisión de la mano de su esposa con la consigna de renunciar a todo aquello que lo ligaba al narcotráfico y de emprender un negocio de artesanías.

"Soy una persona que hago 150 diferentes pares de aretes y cadenas, pinto al óleo y realizo pirograbado, queríamos comenzar un negocio, pero no teníamos dinero", recuerda.

Pidieron ayuda a un sacerdote quien les dio madera para pirograbar ilustraciones, después se negó a recibirlos, por lo que decidieron comprar papel cascarón y vender sus dibujos en la calle.

"Acude al Patronato, ellos te ayudan, te brindan trabajo, te prestan dinero, te dan despensas y hasta servicio médico", le dijo un ex compañero de celda a Joaquín frente a la estación del Metro Balderas.

Ayuda a ex convictos

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