Exigencia en el PRI: que Peña saque las manos y se vaya Ruiz Massieu

AutorJosé Gil Olmos

A casi dos meses de la derrota histórica de la pasada elección, en medio de pugnas internas y acusaciones de ilegitimidad contra la dirigencia, así como de señalamientos contra Enrique Peña Nieto por su responsabilidad en la debacle, Claudia Ruiz Massieu Salinas fue ratificada un año más en la presidencia del PRI, organización próxima a cumplir 90 años y que aún no decide el rumbo que tomará.

La sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari e hija de José Francisco Ruiz Massieu -quien también fue líder del tricolor y cayó asesinado en septiembre de 1994-asumirá el liderazgo de un PRI sin poder presidencial, con 5 millones de votos menos (los perdieron en el gobierno peñanietista), arrinconado como tercera fuerza política en el Congreso de la Unión y fracturado por los grupos que luchan por la franquicia.

En medio de esta pugna se encuentra la figura de Enrique Peña Nieto, a quien la actual dirigente manifestó que apoyará irreductiblemente hasta el último minuto de su gobierno, mientras que opositores internos, como el exgobernador Ulises Ruiz, al frente de la corriente Democracia Interna, el exdirigente del partido César Augusto Santiago y hasta el diputado capitalino Cristian Vargas, culpan al mandatario de la derrota del 1 de julio y de seguir interviniendo en la vida interna del partido para imponer a Ruiz Massieu.

Entrevistada al respecto, Dulce María Sauri Riancho, también expresidenta del PRI y diputada electa, manifiesta su desacuerdo: "El PRI es una institución política que va a cumplir 90 años. Si no es capaz de hacerse responsable de sus propias decisiones, comenzaremos mal el cambio. Nosotros avalamos, nosotros decidimos, permitimos y propiciamos que el presidente de la República, como militante del partido, estuviera interviniendo en las decisiones. Entonces, juntos debemos asumir las consecuencias de ellas".

-¿Claudia Ruiz Massieu es una imposición de Peña?

-No me parece que sea así. Hubo todo un proceso interno para ver quién podía darle estabilidad a la dirigencia hasta agosto de 2019, cuando tiene que cambiar la presidencia del partido. Claudia Ruiz Massieu tiene ánimos y los arrestos para enfrentar esta situación.

Por otra parte, Sauri rechaza también la idea del cambio de nombre del PRI, y en lugar de esto apoya la de revisar la esencia del partido, "entendiendo ésta como la comprensión de los valores y los principios que animan a una organización política".

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