Los expertos dicen: Es hora de escuchar a la academia

AutorJudith Amador Tello

Pese a que el gobierno reculó en su idea de recortar 75% del presupuesto en gastos operativos a los Centros Públicos de Investigación (CPI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), su interés en los campos de la educación, la ciencia y la cultura quedó en entredicho.

Frente a las crisis económicas, siempre han sido los primeros sacrificados, sobre todo en las administraciones de derecha. Sorprende ahora que -con el argumento del combate a la corrupción- la iniciativa proviniera de quienes llegaron al poder con la promesa de una agenda social y progresista.

En ello coinciden los académicos Ricardo Pérez Montfort, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), y Juan Carlos Domínguez, del Instituto Mora, quienes concuerdan también en la necesidad de fiscalizar los recursos, pero no en aplicar "tabla rasa" a todos los fideicomisos culturales por las faltas de algunos. Y piden impulsar y fortalecer los campos cultural y académico, particularmente en estos momentos.

"¿En qué lugar, si no es en la educación, está la posibilidad de transformación de este país? Si se quiere realmente que la famosa 4T trascienda, tendrá que estar muchísimo más preocupada por la educación y por la cultura", dice Pérez Montfort, doctor en historia por la UNAM, especialista en el estudio de la cultura, los movimientos populares, el cine y otros temas.

El pasado 2 de abril -como se recordará-, el presidente Andrés Manuel López Obrador decretó la extinción de cerca de 300 fideicomisos públicos carentes de estructura orgánica, con el fin de recuperar 250 mil millones de pesos que contribuirían a superar la crisis derivada de la pandemia. La disposición incluyó los relacionados con la investigación y la cultura. A la desazón causada por esta noticia se añadió el anuncio del recorte presupues-tal de 75%, a los capítulos 1000 y 3000, referentes esencialmente a la contratación, como eventuales, de trabajadores e investigadores, así como al 4000, destinado a programas de becas.

La movilización de los propios creadores e investigadores logró detener la propuesta, pero no como parte de una política educativa o cultural general, sino casi de forma individual: La intervención de los cineastas premios Oscar, Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu ayudó a mantener el Fidecine. Las comunidades académicas ayudaron al Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y al Instituto Mora.

Pero, hasta el cierre de esta edición, la espada de Damocles aún pendía sobre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El Fideicomiso para el Fomento y la Conservación del Patrimonio Cultural Antropológico, Arqueológico e Histórico de México (Fideinah) desapareció.Y el recorte de 75% a su presupuesto seguía en pie...

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