El petróleo factor de la identidad

A la luz de los argumentos que buscan despojar al petróleo de su carga histórica y su relación con la identidad nacional, el economista y diplomático Jorge Eduardo Navarrete considera miope reducirlo a una mera mercancía. Y no obstante que el gobierno niega la intención de pri-vatizar los hidrocarburos, su iniciativa de reforma es -sin duda- privatizadora, pero no la solución para Petróleos Mexicanos (Pemex).

Hace unas semanas, el especialista del Centro de Investigaciones Interdiscipli-narias en Ciencias y Humanidades de la UNAM refutó, en el programa radiofónico de Carmen Aristegui, a quienes aseguran -entre ellos Andrés Rozental, expresidente y fundador del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, AC- que no hay intención de privatizar Pemex.

En una carta increpó al también diplomático, quien dijo que "los países que han abierto al sector privado su sector energético, han permitido que las empresas que descubren hidrocarburos puedan anotar esas reservas o descubrimientos como parte de sus activos, lo cual no quiere decir que ya no son propiedad de la nación".

Por ello, tras ironizar que Rozental "ha descubierto la propiedad dual", lo retó: "Vamos, Andrés, ¿puedes asegurar esto sin que te gane la risa?".

Para Navarrete la discusión no debe ser semántica. En entrevista con Proceso subraya:

"Es claro que estamos aludiendo a un concepto de privatización que no se limita, como con una visión muy estrecha argumenta el Ejecutivo, a la venta de activos de Petróleos Mexicanos. Privatizar es un concepto más amplio: Es hacer participar a agentes privados en actividades económicas de las que por ley -sea constitucional o de otro rango- estaban excluidos."

Recuerda las palabras de quien fue secretario de Gobernación de Felipe Calderón, el fallecido Juan Camilo Mouriño, quien declaró en abril de 2006 al diario La

Jornada que el proyecto energético "no representa la venta de ningún fierro" de la paraestatal. Y deplora que se maneja un enfoque "extremadamente limitado del amplio concepto de privatización".

En su opinión, tanto la iniciativa del gobierno de Enrique Peña Nieto como la del Partido Acción Nacional son privatiza-doras, pues su esencia es permitir la participación privada, nacional o extranjera, en la industria petrolera en su conjunto, que por disposición constitucional es exclusiva del Estado.

No le cabe duda de que la reforma será lesiva para el país pues "en general los retrocesos históricos son negativos". Y de la campaña publicitaria con la cual el gobierno pretende convencer a la ciudadanía de que vuelve al texto constitucional de noviembre de 1940, propuesto por Cárdenas, recuerda que la ley reglamentaria posterior no respetó su espíritu.

Ahora se propone un nuevo texto constitucional pero, al no conocerse la ley reglamentaria, considera legítimo sospechar que puede ocurrir lo mismo, y que la ley, que eventualmente se aprobaría hacia finales de 2013 o en 2014, vaya más allá de la reforma constitucional. Explica:

"Si uno recuerda el discurso del 12 de agosto del señor Peña Nieto, encuentra que el instrumento clave de...

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