Esa fallida transición democrática

AutorJohn M. Ackerman

La primera mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto será recordado como un momento histórico de colapso sistémico equivalente en profundidad al derrumbe político y económico que tuvo lugar en 1994-1995, al final del sexenio de Carlos Salinas de Gortari y el inicio del mandato presidencial de Ernesto Zedillo. Los acontecimientos de hace dos décadas (crisis financiera, corrupción del rescate bancario, levantamiento armado en Chiapas, magnicidios políticos, etcétera) develaron la gran mentira de la supuesta llegada de la "modernidad" anunciada por Salinas y sus intelectuales orgánicos a partir de 1988. De la misma manera, los eventos recientes (contrarreformas "estructurales", conflictos de interés y corrupción, movilización social, violencia desbordada, represión y crímenes de Estado, etcétera) han ratificado el carácter fantasioso tanto de la supuesta "transición democrática" proclamada en el año 2000 por Vicente Fox Quesada, como el "momento mexicano" declarado por Peña Nieto y sus corifeos en 2012.

México se encuentra frente a un doble fracaso histórico. La "liberalización" económica ha fortalecido las cadenas de la desigualdad, la impunidad y la pérdida de soberanía. Y la "democratización" política ha centralizado el poder en las manos de un círculo cada vez más reducido de los mismos políticos corruptos de siempre.

Un simbólico botón de muestra de la ausencia de cambios fundamentales a lo largo de las últimas dos décadas lo constituye la figura de Jesús Murillo Karam. Durante el fraude electoral de 1988, el exprocurador -hoy mundialmente famoso por su cansancio- fungía como representante del PRI ante la Comisión Federal Electoral. Ayer como hoy, su cinismo no tuvo límites. La noche de la "caída del sistema", que impondría a Carlos Salinas de Gortari en Los Pinos, Murillo se hizo el ofendido frente a los cuestionamientos por parte de la oposición a la confiabilidad de los resultados, "No voy a permitir epítetos al partido mayoritario... o que se ponga en duda la legalidad del proceso. Ni a usted ni a nadie le voy a permitir.

En 2014, Murillo actuó de la misma manera en respuesta a las demandas de transparencia y justicia para los estudiantes de la Escuela Normal "Isidro Burgos" de Ayotzinapa, masacrados y desaparecidos la noche del 26 de septiembre en Iguala, Guerrero... Hoy, los gobernantes repiten la misma fórmula al desconocer a los padres de familia como interlocutores e imponer su versión de los hechos del 26 de septiembre de 2014. El "Todos somos Ayotzinapa" de Enrique Peña Nieto y la "verdad histórica" de Murillo Karam no son más que dos ejemplos contemporáneos de la continuidad de siete décadas de hipocresía, suplantación y simulación institucionalizada....

Por fortuna se encuentra en marcha un importante relevo generacional cuya función histórica será precisamente rescatar a la nación frente a los fracasos del ciclo político pasado con respecto a la modernización de la economía y la democratización del...

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