Un fantasma recorre el mundo, el fantasma antiinmigrante

AutorTonatiuh Guillén López

En el mundo, la movilidad internacional de las personas y el debate sobre las políticas para su atención por los países receptores y por los expulsores se ha convertido en asunto fundamental. Con frecuencia, en los países desarrollados el desafío migratorio ha derivado en discusiones sobre identidad nacional, xenofobia, seguridad pública, empleo, economía y otros, que reflejan un rechazo a la inclusión de extranjeros, sobre todo si proceden de regiones subdesarrolladas. En Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Austria, Hungría, entre otros, la cuestión migratoria ha podido convertirse en eje principal de la política interna y de los asuntos que pueden decidir elecciones y gobiernos.

En nuestra parte del continente americano, el flujo irregular de personas procedentes de Centroamérica -que tiene por destino a Estados Unidos y a México como país de tránsito- se convirtió en problemática de la mayor relevancia, no solamente por su escala masiva, sin precedente, sino además por el grado superior de rechazo que impuso el gobierno de Trump.

Pero es importante destacar que esa política de rechazo no fue consecuencia del flujo migratorio, sino su antecedente. Con toda anticipación a la movilidad migratoria de 2018 y de 2019 que transitó por México, el gobierno de Trump ya había establecido una severa estrategia en contra de la migración mexicana y centroamericana. Primero, desde 2016, durante la campaña electoral que le dio el triunfo y, posteriormente, en 2017 y mediados de 2018, una vez en el gobierno. Es decir, primero fue la xenofobia y el racismo, después vinieron las políticas que las convirtieron en iniciativas gubernamentales, internas y externas.

De hecho, para legitimar y aplicar estas políticas, el esquema antiinmigrante de Trump necesitaba de un flujo particularmente significativo. Cerrar el territorio de Estados Unidos a la inmigración proveniente de los países subdesarrollados requería la demostración empírica de la "amenaza" a su frontera sur. Es obvio que un discurso antiinmigrante, sin migrantes en movimiento, carece de sentido alguno.

Las caravanas de centroamericanos que cruzaron por México en octubre de 2018 y enero de 2019, principalmente, fueron los eventos que curiosa y oportunamente proporcionaron el efecto demostración requerido por el agresivo discurso de Trump. El evento emblemático en esta dirección fue el frustrado intento masivo de cruzar la frontera entre Tijuana y San Diego, el 25 de noviembre de 2018, en un...

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