Farol de la calle, oscuridad en la casa

AutorBlanca González Rosas

La participación de México en tres importantes eventos internacionales inaugurados el pasado mes de mayo señala vicios administrativos que las autoridades culturales (Conaculta, INBA y SRE) deben corregir.

En concreto, sobre la dis-crecionalidad para seleccionar proyectos y curadores, al gasto de recursos públicos para actividades que sólo benefician a los involucrados, al despilfarro en el financiamiento de autorías de alta cotización mercantil, al descuido en la promoción de la diversidad artística nacional y, por supuesto, a la falta de información sobre los costos de producción y difusión de los proyectos.

Inaugurada el 1 de mayo con el tema de Alimentando al planeta, energía para la vida, la Expo Milán 2015 alberga un pabellón mexicano cuyo diseño arquitectónico fue producto de un concurso que, con base en lo que anunció Proméxico desde finales de 2014, fue ganado por el arquitecto Francisco López Guerra. A diferencia de este procedimiento, la presencia de artistas visuales fue una decisión del curador Erik Orlando Castillo Corona, quien invitó, entre otros, al pintor Daniel Lezama y a la escultora María José de la Macorra:

¿Qué instancia y bajo qué tipo de procedimiento se contrató a este profesional tan recordado por las irregularidades con las que curó la pasada Bienal de Pintura Rufino Tamayo?, ¿cuáles fueron los objetivos de su proyecto?, ¿cómo sustentó la invitación de los creadores?, ¿cuál fue el costo de producción y cómo se va a evaluar?

Además de la discrecio-nalidad y opacidad que tuvo el INBA al financiar el Pabellón de México en la Bienal de Venecia (Proceso, 2009-...

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