Fátima, víctima de todas las violencias

AutorSara Pantoja

"Para Fátima, con cariño. No te preocupes porque el que te hizo daño lo pagara tarde o temprano se te ara gusticia" (sic), dice una carta que, junto con un dulce, dejó una compañera de clase en un altar improvisado afuera de la escuela Enrique C. Rébsamen a la niña de siete años que fue secuestrada, sometida a abuso sexual y asesinada en la alcaldía Xochimilco.

Sobre la mesa pegada al portón de la escuela donde ella cursaba el primer grado, hay más cartas, dulces, pulseras, flores y globos blancos. Arriba, la foto de Fátima Cecilia Aldrighetti Antón. La misma imagen que fue difundida en el anuncio de la Alerta AMBER y que fue colocada sobre su féretro en su funeral.

Su hermana Karla Antón recuerda que soñaba ser doctora "para ayudar a los niños enfermos" o millonaria "para darles casa y que no sufrieran". En entrevista con Proceso, la joven de 18 años describe a Fátima como "una niña muy noble". Sus juguetes favoritos eran "un pedazo de hule espuma que le arrancó a un sillón y un brillo labial que siempre cargaba en su pantalón".

Fátima Cecilia era la hija más pequeña de María Magdalena Antón Fernández. Cumplió siete años el 8 de enero. Con ellas sólo vivía su hermano Samuel Francisco, de 11, porque a Luis Agustín, de 13, se lo llevó su papá y Karla vive con su pareja.

Olivia González, la tendera de la esquina, dice que la mamá de Fátima vende dulces en el centro y la iglesia de Tláhuac para sostener a la familia. "Los tres se quedaban en una misma cama. Estaban en una situación económica difícil, pero no faltaba quien les ofreciera un taco", dice. Y asegura que nunca vio maltrato o violencia contra los pequeños.

El inicio de la tragedia

El martes 11, a las 13:50 horas, Fátima llegó a su escuela en el número 5 de la calle Ignacio Zaragoza, en Tulyehualco. Parecía un día como tantos, pero en esa ocasión su mamá no llegó a recogerla a las 18:30 horas.

Diez minutos después llegó Gladis Gio-vana "N", una joven a quien Fátima conocía porque era amiga de su mamá y había vivido en su casa con sus hijos. Presuntamente le pidió refugio al separarse de su esposo Mario Alberto "N", porque éste la golpeaba.

La niña la tomó de la mano y salió con ella de la escuela. Las autoridades del plantel no verificaron si Giovana estaba autorizada para llevársela en ausencia de su madre. Tampoco respetaron el protocolo de la SEP, que marca 20 minutos de tolerancia antes de trasladar al menor a las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) en la...

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