Festejan jalando

El semáforo cambia a rojo y una adolescente tzotzil de 16 años apresura el paso. Llega al centro de la calle y se pone por completo en cuclillas para que una delgada niña de seis años suba a su espalda y haga malabares con dos limones.

Esta escena que dura unos segundos la repiten por horas en el cruce de Miguel Nieto y Colón. Luego corren con los conductores a pedirles una moneda.

La pequeña casi no habla español, sólo su lengua indígena. Ella, al igual que cientos de niños que piden limosna en los cruceros, no tendrán ningún festejo en su día.

En la populosa Avenida Juárez, frente a la Basílica del Roble, hay otra niña de características similares. Estira su mano sosteniendo un vaso transparente de plástico, son pocos los que se detienen. Su papá toca el acordeón atrás de ella.

"Es mi hija", afirma el hombre, quien dice ser de Oaxaca. "Discúlpame si se ve mal que la niña esté en la calle, pero somos pobres".

Basta recorrer las avenidas del área metropolitana para encontrar esta otra realidad que viven los niños.

El más reciente conteo del DIF de Monterrey y el DIF estatal detectó 295 menores pidiendo dinero en calles, señala Alejandro Morton, director de Infancia y Familia del DIF regio.

"Ésto está dentro del trabajo infantil y cuando los padres u otros...

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