FIC: "Don Perlimplín", ópera para radio

AutorRaúl Díaz

El lenguaje, maravilloso y único, es lorquiano, no hay lugar a ninguna duda. Es palabra, sí, pero es música al unísono. Es música hecha verbo o al revés, qué importa, el resultado es único. El verso lorquiano trasvasa lo que se quiera y está allí como ninguna otra cosa. Por eso indistintamente puede ser poema, obra de teatro, danza u ópera. Don Perlimplín es una muestra, ¡que muestra!

Era 1933, Federico García Lorca la escribe y estrena. Las buenas conciencias se estremecen, los castos oídos se tapan y se cierran los ojos pudorosos, las decentes autoridades la prohíben. Los fascistas cobardemente fusilan al poeta en 1938.

No contaba la canalla -su pequeño cerebro no podía ni siquiera intuirlo- con que el poeta-música es eterno. Su obra, como la materia, sólo se transforma y se transforma. Por eso, tres décadas después, Don Perlimplín resurge pero convertido en ópera, ya que en Italia, en 1962, el compositor Bruno Maderna (1920-1973) consiguió que la RAI (Radio Italiana) la estrenara como "Ópera para Radio y no para ser representada": Don Perlimplin ovvero il Trionfo dell'amore e dell'immaginazione (Don Perlimplin o El triunfo del amor y la imaginación).

Fue concebida para pequeña orquesta, flauta solista, cantante femenina y actores. Se entiende que, aún más que en el común de las óperas, la música juega aquí un papel fundamental puesto que la obra no va a ser vista, sino sólo escuchada. Por esa condición don Bruno ideó un nuevo subgénero en la literatura operística universal, el -o la, quién sabe- "Aleluya erótica", presentándola así como "Aleluya erótica en 4 cuadros".

Como en su versión teatral original (Don Perlimplín con Be-lisa en su jardín), la ópera fue un éxito, pero...

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