Una fila de hormigas

AutorFabrizio Mejía Madrid

Hace exactamente 20 años el antropólogo Clifford Geertz publicó su hoy célebre ensayo "El sentido común como sistema cultural" que ayudó a definir este tipo tan peculiar de sabiduría que reside en la base de todo régimen democrático: la capacidad de todo ciudadano de decidir. En el ensayo, Geertz desmenuza los rasgos de todo sentido común, sea de los aborígenes australianos o de los votantes británicos: naturalidad, practicidad, transparencia, asistematicidad y accesibilidad. Es un tipo de pensamiento que se plantea como inherente a la realidad, como algo obvio, elemental, práctico, no en el sentido de "útil", sino juicioso, prudente; también es lo "literal", es decir, lo llano y evidente del lenguaje; "lo que es", es decir, la idea de que lo fundamental de lo público es lo que se ve y no las sombras de lo subrepticio; es un saber de la experiencia que no puede ser reducida a un dogma, una ideología o una teoría. Geertz toma una definición de un dicho de los ila de Zambia: "La sabiduría está hecha de una línea de hormigas".

Es hasta el siglo XVIII que el sentido común se hace político, fundamento del igualitarismo, de la idea de ciudadano como alguien que puede externar un juicio sobre lo público sin necesidad de ser experto o tener un grado académico. Todos nos sentimos expertos en sentido común. Y ese es precisamente el tema que Tho-mas Paine aborda en su famoso panfleto (1776) que todos leímos en la secundaria.

Lo que queda del antecedente de la independencia de los Estados Unidos es la idea de que el sentido común es un terreno de sabiduría cultural derivado de muchas hormigas, es decir, de experiencias compartidas y conclusiones sobre ellas. Eso le dio una autoridad a la par de otro tipo de lenguajes como la ciencia, la historia, las leyes, las tradiciones, y la propia política como algo que se diseña desde el escritorio de "los que saben". Distinto de la "razón" de los ilustrados, el sentido común no era una idea para formar un gobierno ideal -constitucional, representativo, con división de poderes- sino un acercamiento distinto a la idea misma de la política y lo político. Era un acercamiento que nos igualaba.

Descartes se refirió a él como "luz natural", es decir, la inevitable "coincidencia entre opiniones distintas si son sopesadas con las mismas razones". Es distinto de la "razón", que usa la duda para ir descartando lo falso, y por eso es una luz, es decir, algo indudable, si y sólo sí no proviene de un prejuicio. En el método...

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