La fractura de México

AutorAgustín Basave

Evitemos equívocos. No compro las recreaciones de la vieja tesis de Carlyle; sí vendo la noción de que la historia se teje en una interacción multifactorial de héroes individuales y colectividades anónimas. Y también pienso que tanto "los grandes hombres" como "las multitudes" son capaces de parir monstruosidades. Es más, tengo para mí que los mejores inventos políticos son contraintuitivos: las normas del orden democrático y de los derechos humanos emanan de la racionalización, mientras que el racismo y la xenofobia brotan espontáneamente de los bajos instintos del ser humano. Por eso la longevidad de la armonía comunitaria depende en gran medida de dirigentes sensatos, prestos a neutralizar -no a instigar- miedos y odios.

Aún no hemos descifrado el fantasma anti establishment que recorre el mundo, pero ya sabemos que el enojo social no está siendo capitalizado por la izquierda, sino por la derecha. Aunque México es una excepción, Andrés Manuel López Obrador enfrenta la tentación de auspiciar una polarización racista inversa en sus causas pero similar en sus efectos a la que abanderan los presidentes derechistas de Estados Unidos y de Brasil. El detonador es el acto de contrición exigido a España por las atrocidades de la Conquista. Más allá del hecho de que yo no creo en herencias culposas y de que me parece aberrante e injusto responsabilizar a alguien de los crímenes de sus antepasados, en términos identitarios es cuestionable demandar una disculpa. ¿Cuál es el hilo conductor de lo que Benedict Anderson llama comunidad imaginada? ¿Representa Felipe VI a los conquistadores? ¿Y quién va a pedir perdón por el sojuzgamiento de los demás pueblos de Mesoamérica a manos de los mexicas? Y si la disculpa la ofreciera el rey al 15% de nuestra población, ¿quién se la daría a los mestizos, víctimas también de los atropellos de la Colonia? ¿Y no sería mejor desfacer los entuertos de españoles más recientes, como los de OHL, y de paso enjuiciar a Peña Nieto y su gavilla?

Pero dejémonos de abstracciones. ¿Cómo van a cerrar las heridas que según AMLO siguen abiertas? Demandar perdón abre un debate en el que como académico me gustaría participar pero que, guiado por los intereses de su partido -cuyo acrónimo, no por casualidad, tiene ecos étnicos-, podría causarnos una nueva hemorragia. ¿Buscamos la cohesión social o la agudización de contradicciones? Quiero suponer que el video que provocó la...

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