Frontera invisible

AutorIsaín Mandujano

La Mesilla, Guatemala.- En la frontera de México con Guatemala el tráfico de drogas, personas, armas y mercancías procedentes de China y otros países es fácil de cruzar.

En los más de 572 kilómetros de colindancia no hay ningún muro que divida ambos países; los límites territoriales los definen los ríos Usumacinta y Suchiate, así como los monumentos internacionales y los bloques de concreto intermedios, que suman más de mil.

De acuerdo con datos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en la línea fronteriza existen ocho cruces formales por los que transitan normalmente personas, vehículos particulares y transportes de carga con mercancías. Sin embargo, las autoridades de ambos países admiten que hay miles de “puntos ciegos” por los que se puede pasar de un país a otro sin problemas.

En su página electrónica, el CILA –http://www.sre.gob.mx/cilasur/– ubica los cruces fronterizos oficiales, siete de los cuales se encuentran en territorio chiapaneco y uno en Tabasco.

Según el organismo, por este último cruce circulan de cinco a ocho vehículos por día, aunque los fines de semana el tráfico se incrementa de manera notable hasta 40, cuando muchas personas cruzan para adquirir todo tipo de mercancías.

El pasado 30 de mayo, el reportero recorrió el cruce de Ciudad Cuauhtémoc-La Mesilla. Además de unos cuantos agentes de migración y del Grupo Beta, en el lugar se encontraban trabajadores de sanidad de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y empleados de la Secretaría de Salud. La oficina de la Procuraduría General de la República y de la Agencia Federal de Investigación que todavía opera en Chiapas, estaban vacías.

La Mesilla, localizada a unos 250 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, es una gran plaza comercial a la cual arriban chiapanecos comerciantes de otros estados del país, incluso de Tepito, a surtirse de mercancía de contrabando.

Algunos pagan su cuota aduanal con los agentes del Servicio de Administración Tributaria (SAT), pero muchos más evaden ese pago. Ahí se compra y se vende de todo. Los jueves, viernes y sábados la vendimia se extiende a lo largo de calle principal que divide a La Mesilla en dos. Ahí, entre la compra y venta de ropa, zapatos, utensilios de cocina y labranza se amarran todo tipo de negocios.

Al fondo se encuentra una tienda de armas y municiones que exhibe sólo armas de cacería. El dependiente dice al...

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