Fuegos artificiales

AutorDenise Dresser

Basta leer el nuevo libro de Susan Rose-Ackerman, madre del analista y suegra de la secretaria de la Función Pública, titulado Corrupción y gobierno: causas, consecuencias y reformas. Ahí, una de las expertas más reconocidas a nivel internacional delinea lo que hace posible la corrupción y cuáles son los procesos para irla acotando. Señala la importancia del fortalecimiento institucional, la regulación para contener la extracción de rentas, la simplificación administrativa para acabar con la tramitología, los procesos transparentes en las compras y licitaciones públicas, el proceso de toma de decisiones sobre obra pública, el contrapeso de una sociedad civil robusta y participativa, la autonomía indispensable del Poder Judicial y la independencia necesaria de las entidades anticorrupción. Sin estas condiciones, cualquier lucha contra la corrupción, estará destinada al fracaso. Sin estos prerrequisitos, contenerla sería imposible.

Por eso preocupan tanto las acciones como las omisiones que estamos presenciando, porque contradicen mucho de lo que una reforma sistémica requeriría. En el caso de Santa Lucía, López Obrador decide que será un aeropuerto civil militar y que el proyecto arrancará sin contar con los estudios básicos de viabilidad, seguridad, e impacto ambiental. El proyecto proseguirá sin transparentar cómo serán los procesos de contratación y licitación. Cuando grupos de la sociedad civil cuestionan el proceso -tan parecido al de otros elefantes blancos y caros del pasado-, el presidente acusa "sabotaje legal" y desacredita la figura del amparo, utilizado para hacer avanzar tantas causas progresistas en el país. Y de pronto, la Sedena arguye razones de "seguridad nacional" para frenar la auscultación judicial y ciudadana, eliminando cualquier viso de transparencia, cualquier posibilidad de evitar la cuatitud o los sobrecostos, cualquier intento por saber si la obra será de utilidad social o si sólo forma parte de un pacto con el Ejército. El presidente después promete transparentar, pero no sabemos si lo hará.

Santa Lucía evidencia un proceso de toma de decisiones que mina la promesa de un cambio sistémico en el combate a la corrupción. En vez de eliminar las peores prácticas, las profundiza. En vez de sentar un precedente para el mejoramiento, abre la puerta al empeoramiento. Contradice todas las condiciones especificadas por la doctora Rose-Ackerman y evidencia los vicios que el gobierno de AMLO acaba reproduciendo. La estrategia...

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