Su fuerte: Los romances rosas

DETRÁS DE los ojos azules de Blanca Sánchez hubo una actriz con una diversidad de trabajos escénicos.

En los 60 alcanzó notoriedad como la niña bien que defendía sus derechos de mujer, y así lo dejó en cada uno de sus melodramas.

Fue de esas heroínas juveniles que siempre buscaron aprender de las primeras actrices con las que les tocó alternar.

"Compartir escena junto a Amparo Rivelles y Marga López fue maravilloso", dijo en una ocasión refiriéndose a las actrices que fueron sus "mamás" en algún filme.

Aunque a finales de los 60 participó en una cinta memorable de acción, que fue Cuatro Contra el Crimen, donde interpretó a una agente secreto, su especialidad fue la de los romances rosas o dramas familiares cargados de intensidad, como Los Novios de mis Hijas, La Sombra de los Hijos, Cuando los Hijos se Van, Los Perversos, Ha Entrado una Mujer, Mamá Dolores y hasta la versión para cine de La Mentira, donde dio vida a una de las pocas villanas y que le valió buenos enfrentamientos con Julissa, su contraparte en la historia.

Su gusto por el teatro lo llevó incluso a la televisión, pues cuando empezaron los llamados teleteatros tuvo oportunidad de reponer grandes adaptaciones de novelas como "Los Miserables", donde interpretó el papel de Fantine, o "El Retrato de Dorian Gray" y "Los Bandidos de Río Frío".

Aunque ya había estado en telenovelas cortas, como se acostumbraba a principios de los 60, cuando hizo Lo Prohibido, Madres Egoístas y Noches de Angustia, Blanca pronto fue un referente más fuerte para los realizadores de televisión que buscaban rostros dulces, que lo mismo proyectaran inocencia que astucia, pues le llegaron heroínas y antagonistas con las que siguió hasta principios de los 80, en plan...

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