El fugitivo feliz

AutorÁlvaro Delgado

"Yo puedo, en mi calidad de fiscal, iniciar un procedimiento, llevarlo ante un juez y litigarlo. Lo que no puedo garantizar son las conductas de los jueces. ¡Ahí vámonos entendiendo!", advertía Gertz al reportero, el 30 de mayo, después de que la juez Luz María Ortega Tlapa concedió a Lozoya la suspensión provisional de la orden de aprehensión, que hizo definitiva una semana después.

"Es decir -añadió Gertz sobre los jueces-, yo gano un asunto en razón de que hice todo lo que está en mis manos, lo digo como abogado litigante, (pero) yo he sufrido lo que es este sistema perverso, en el que uno demuestra todo, lleva las pruebas de todo y se la voltean a uno en un acto de vileza verdaderamente espantosa."

Y es que la juez Octavo de Distrito de Amparo en Materia Penal alegó que se trata de delitos no graves que no exigen prisión preventiva, por lo que suspendió la orden de aprehensión que libró José Artemio Zúñiga Mendoza, juez de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio del Centro de Justicia Penal Federal en la Ciudad de México.

Aunque Lozoya Austin no puede ser detenido por estos delitos y debe presentarse ante el juez Zúñiga Mendoza, a más tardar el lunes 10 -y su hermana Gilda el miércoles 12-, se da como un hecho que no lo hará hasta que el juez resuelva el amparo que solicitó, siempre y cuando sea a su favor.

La razón es que, además de la compra a sobreprecio de la planta chatarra de Agroni-trogenados, tiene otros casos de corrupción pendientes, como el relacionado a los 16 millones de dólares que recibió en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

En este caso, que la Fiscalía General de la República también llevará ante un juez, las transferencias del dinero y los testimonios de los directivos de Odebrecht hunden a Lozoya Austin, el hijo del mejor amigo de Carlos Salinas, Emilio Lozoya Thalmann.

Fue precisamente Salinas quien privati-zó, en 1992, a favor del empresario Alonso Ancira, Altos Hornos de México (AHMSA), del que formaba parte Agronitrogenados, y él vendió a Pemex cuando Lozoya Austin lo dirigía, en 2013, a un sobreprecio de 475 millones de dólares y en calidad de chatarra en la que invirtió otros 760 mil dólares sin lograr producir fertilizantes.

Los otros presuntos implicados

A diferencia de Lozoya, uno de los mejores amigos de Enrique Peña Nieto, Ancira sí fue capturado tras un periplo en su avión particular que lo llevó de México a Nueva York y de ahí a España, donde fue detenido, el 28 de mayo...

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