Funcionarios estatales, en la mira del narco

AutorEzequiel Flores Contreras

CHILPANCINGO, GRO.- Las amenazas de muerte y extorsiones por parte de un grupo criminal contra dos cercanos colaboradores del gobernador Ángel Aguirre Ri-vero ocasionaron el despliegue de un operativo con policías, militares e infantes de Marina.

Esta reacción para proteger a los subsecretarios de Administración y Finanzas, Arturo Sánchez Torres, y de Pla-neación, Pablo Zapién Cortés, ambos de la Secretaría de Salud (Ssa) estatal, contrasta con la indolencia que distintos sectores sociales observan en el gobernador Ángel Aguirre Rivero frente a sus demandas de seguridad.

En documentos de la procuraduría local se consigna que una banda de delincuentes que opera en la región centro de la entidad reclama parte de las ganancias que los dos funcionarios mencionados supuestamente obtienen a través de negocios realizados al amparo del poder. Tanto a Sánchez Torres como a Zapién Cortés se les vincula directamente con el hermano del mandatario, Mateo Aguirre, señalado insistentemente por presuntos actos de corrupción.

El lunes 3 de septiembre, Proceso, com.mx dio a conocer que los dos subsecretarios, así como el secretario privado de Sánchez Torres, Elvis Cortés Salado, solicitaron protección del gobierno estatal tras recibir amenazas de muerte de un grupo armado que el 31 de agosto irrumpió en un fiesta en casa de Zapién Cortés, en el sur de esta capital.

Los funcionarios festejaban el cumpleaños de Arturo Sánchez, quien lleva cerca de 30 años en la administración pública estatal y -según fuentes cercanas al grupo- trabajó en la Secretaría de Desarrollo Económico cuando su titular era Aguirre Rivero y gobernaba la entidad José Francisco Ruiz Massieu.

Los delincuentes sometieron a golpes a los invitados, arrinconaron a las mujeres y encerraron en los baños a los hombres, pero antes les quitaron sus celulares, carteras y credenciales de elector, señalaron testigos que posteriormente interpusieron una denuncia ante la procuraduría local por robo, lesiones y amenazas.

Según las fuentes, cuando irrumpieron los intrusos-unos 20 individuos con uniformes de la Policía Municipal y pasamonta-ñas- preguntaron directamente por Sánchez Torres, quien ya se había ido, así como por el anfitrión, Zapién Cortés. Éste se hizo pasar por otra persona y así engañó a los delincuentes. Antes de abandonar la propiedad, éstos les exigieron a los presentes que transmitieran un mensaje a los funcionarios de la administración de Aguirre: "Díganles a esos culeros que queremos...

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