Futbol Argetino. Narcomenudeo y violencia, el obsceno vínculo entre las porras y la política

AutorFrancisco Olaso

BUENOS AIRES.- Caverna es su apodo. Su nombre es Héctor Godoy. Caverna Godoy es el líder de los aficionados violentos de River Plate. River Plate y Boca Juniors conforman desde hace más de un siglo la rivalidad más emblemática del futbol argentino.

A diferencia de Rafael Di Zeo, jefe de La 12, la porra brava de Boca, quien hasta hace algunos años daba entrevistas a los medios, Caverna, cabeza de Los Borrachos del Tablón, era un personaje ignoto hace unos días. Se trata de un aficionado anónimo del que circulan sólo tres o cuatro fotos en internet en las que se le ve enfundado en un gorro hasta los ojos, en el epicentro de la tribuna del Estadio Monumental.

También hay otras dos imágenes de Caverna en sus credenciales de socio y de empleado de mantenimiento en River, incautadas por la policía que allanó su domicilio un día antes de la frustrada final de la Copa Libertadores.

El apodo adosado a Héctor Godoy se debe, según ha recabado la prensa local, a "su manera de pensar y resolver los conflictos por métodos que escapan a la palabra". Su habilidad para permanecer en lo más alto de la barra brava de River expresa, al mismo tiempo, otro tipo de capacidades.

Caverna Godoy ingresó a la porra hace 20 años. Varios de quienes la lideraron desde entonces están presos, y también alguno, muerto. Todo como resultado de enfrenta-mientos internos por el control del negocio.

Lo anterior explica por qué en los torneos argentinos, en los que desde 2013 se prohíbe el público visitante en los estadios, el nivel de violencia no cede.

Como jefe de Los Borrachos del Tablón, Godoy gestiona desde 2009 los negocios asociados con la porra: salvo algunas diferencias, estas agrupaciones de "animación" controlan la reventa de boletos y de boletos falsos, el comercio de artículos pirata, el cobro de piso a quienes venden comida y bebida en el estadio, la recaudación por el estacionamiento y la venta de droga. También tienen intereses en la negociación con dirigentes y jugadores, y participan en actos políticos y sindicales.

El 23 de noviembre último, durante el citado allanamiento judicial en su domicilio, a Godoy se le incautaron 10 millones de pesos (285 mil dólares), 15 mil dólares, 300 entradas para el decisivo superclásico que estaban destinadas a la reventa o a los integrantes de la barra brava.

Godoy, quien no estaba en su domicilio durante el operativo, no tiene un trabajo fijo. De todos modos el juez del caso desoyó la solicitud del fiscal para detenerlo. A...

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