Gabriel Macotela, al maestro con cariño

AutorNiza Rivera

"Él fue un caso suigeneris como maestro y artista, tenía una capacidad única, casi extraña de enseñar porque gran parte de su vida la dedicó a eso, yo creo que pocos artistas en la historia de la pintura en el país le han dedicado tanto tiempo a la enseñanza. Sin sus consejos y su forma de enseñar muchos de nosotros no habríamos sido pintores. Tenía la capacidad de hacernos 'ver'. La esencia de su obra fue el dibujo y nos transmitió eso, pues por el dibujo llegamos a todo... Tenía una concepción adelantada, moderna, contemporánea que era única; un hombre culto que además amaba a los pintores jóvenes, te guiaba en tu carrera, te seguía, no he conocido a nadie con tal disposición".

-¿Con qué recuerdo se queda de Aceves Navarro?

¡Hijole! Es que tenía un sentido del humor único, te morías de risa, era casi como un niño, muy juguetón.

Debo confesar que al principio me costaba mucho trabajo entenderlo, yo venía de la Escuela de la Esmeralda que era una escuela muy tradicional. Estuve ahí dos años, tenía maestros de cultura tradicional, de la academia mexicana, así que fue un contraste muy fuerte cuando llegué a San Carlos siendo muy joven y ahí creo que fue la mejor época de la escuela.

Entre sus profesores menciona a Manuel Felguérez, Vicente Rojo, Francisco Moreno Capdevila, y Sebastián, quien era uno de los más jóvenes.

Ahí formamos el grupo SUMA, y él nos enseñó a ver pintura europea, americana, latinoamericana, tenía influencia de muchos lados. Adoró toda su vida al francés Jean Debuffet y al chileno Roberto Matta, a los pintores figurativos muy expresionistas alemanes y americanos, nos hizo ver todo eso de jóvenes pues no habíamos viajado y él nos ayudó, nos daba libros y nos ponía a estudiar.

Entre las piezas que destacó Macotela de su maestro están la obra Yo canto a Viet-nam, realizada en 1970 para el Pabellón de México en la Feria Mundial de Osaka, Japón; Canto triste por Biafra, políptico al óleo de cinco piezas que data de 1979, una de las 23 que resguarda el Museo de Arte Moderno de nuestro país, y las series dedicadas a la figura humana y músicos.

Tenía una fascinación por la música, adoraba a Luciano Pavarotti, era su Dios, cada año se iba a la temporada de ópera en Nueva York con un...

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