GAMA virtual y el mercado del arte

AutorBlanca González Rosas

¿Qué será del arte contemporáneo después de la emergencia sanitaria y económica que ha provocado la pandemia de covid-19? ¿Seremos capaces de reinventar sus valores, redefinir su identidad y humanizar -o democratizar- su comercialización?

Con base en la importancia que tiene en la definición y construcción del arte, en la manutención de los artistas y en la economía creativa de una ciudad, el mercado es un tema prioritario. Constituido por diferentes segmentos que satisfacen distintos gustos, necesidades y posibilidades económicas, el mercado del arte o, más bien, los mercados del arte, deberían ser un tema de primera importancia en la discusión cultural de nuestro país.

Si en México tuviéramos mercados plurales, competitivos, transparentes, dinámicos y locales, los artistas visuales no necesitarían depender de programas de gobierno y paternalistas, como las becas del extinto Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

Constituido por agentes independientes, galerías con diferentes potenciales económicos, emprendedurías diversas -desde muy pequeñas y efímeras hasta el emblemático y despreciado Jardín del Arte-, una casa subastadora que conjuga mercado secundario y primario -Morton-, y dos ferias internacionales de prestigio global -ZsO-NAMACO y Material Art Fair-, el mercado del arte contemporáneo en México es un territorio que merece mayor atención y apoyo, tanto social como gubernamental.

Integrado no sólo por comerciantes, sino también por compradores que pueden ser esporádicos o coleccionistas, este mercado nacional, lejos de considerarse como un mercado de lujo -que sí lo es-, debería visualizarse como una economía creativa y turística que debe fortalecerse con apoyos fiscales y campañas de difusión para promover la democratización del consumo artístico. Otorgar beneficios fiscales a los compradores de arte y promover el mecenazgo de arte público, podría beneficiar, inclusive, a la transformación de la imagen de marca de nuestro país.

Lejos de ser un enemigo gubernamental, el mercado del arte puede ser un aliado para la proyección positiva de México a nivel internacional. Como ciudadanos, las becas que les otorgamos a los creadores visuales son autoritarias y socialmente inútiles. Sustituir las becas con programas gubernamentales de apoyo al mercado sería un acierto con prospectivas positivas.

En el contexto del mainstream, del canon establecido, la necesidad de reestructurar este mercado es un tema recurrente. Acotado en...

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