La gobernanza cultural

AutorJorge Sánchez Cordero

El concepto sostenibilidad del desarrollo encuentra su origen en el libro Nuestro futuro común (Our commonfuture), de la exprimera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, que singulariza una época. A partir del planteamiento de este vademécum la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo elaboró el Informe Brundtland, cuya idea central se resume en el axioma de que el desarrollo sostenible debe satisfacer las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. Y es la Conferencia de Río de Janeiro la que, mediante la adopción del Programa 21, propone planes específicos para lograr el desarrollo sostenible en tres variantes: el desarrollo económico, el social y el de medio ambiente.

Las cadenas de valores culturales

En este contexto, para la prospección de toda política cultural debe observarse la forma en que ésta repercute en la cadena de valores culturales, cuyos principales eslabones son la creación, la producción, la difusión, la distribución y la recreación.

Esta cadena, tradicionalmente de carácter lineal, ha sido perturbada en gran medida por la tecnología digital, que transfiguró ese carácter en radial; propia de nuestro tiempo, supone que la formulación de las políticas culturales debe adaptarse constantemente a las evoluciones y necesidades de la época, más aún por lo que respecta a su incidencia en los diferentes eslabones de la cadena de valores culturales (Octavio Kulesz).

En efecto, uno de los desafíos de toda política pública es lograr que incida en los diferentes enlaces de la cadena de valor cultural enriqueciéndola con elementos cuantitativos y cualitativos, o bien que se adapte a los entornos digitales, los cuales se encuentran en perpetua evolución.

En la actual encrucijada mexicana lo relevante es el desarrollo de sistemas que permitan evaluar la forma en que la cultura contribuye a la realización de objetivos sociales y la eficacia de la política cultural; no debe soslayarse que existe un reclamo democrático que exige la construcción de indicadores que permita compararlos y contribuir a su seguimiento.

Dentro de este esquema, la política cultural debe poner especial énfasis en su articulación con los SDGs, lo cual exige convertir la cultura en un elemento estratégico del desarrollo; algo que queda expresado en el aforismo de que la cultura debe entenderse para el desarrollo y en el desarrollo.

La inserción de la política...

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