¿Cómo gobernarse después del desastre?

AutorCarlos Martínez Assad

El hecho es que desde el exterior Francia ha estado presente en Líbano y ha contribuido en la resolución de sus problemas. Su intervención ayudó a resolver la crisis cuando el primer ministro Saad Hariri vivió un virtual secuestro en un lujoso hotel en Arabia Saudita en 2017, fue obligado a renunciar y pudo luego reasumir su cargo.

Los sauditas querían detener la creciente influencia de Irán, molestos por el pacto nuclear de julio de 2015 en Viena. En la dimisión que presentó entonces Hariri ante los medios debió acusar la influencia ejercida por Teherán y Hezbolá en Líbano. Un mes más tarde volvió de nuevo a sus funciones, quedando clara la posición de Riad pero igualmente que el gobierno libanés no se dejaría impresionar fácilmente y menos teniendo a Francia de soporte.

Y desde entonces los sauditas han insistido en sus objeciones respecto a Hezbolá, que cada vez ha tomado más fuerza interviniendo en el gobierno. Incluso Francia y Alemania han reconocido su parte institucional, aunque no su brazo militar, pese a la fuerte condena de Estados Unidos.

Ahora, además de mantener una relación con los sauditas, Macron ha estado en contacto con el presidente iraní, Hasán Rohaní, a pesar de las tensiones que provoca por su apoyo a Hezbolá, por el encono con que se tratan sunitas y chiitas. Se ha comunicado igualmente con Vladimir Putin y a todos propone comprometerse con la reconstrucción de Beirut, en cuyo objetivo cuenta también con otros países de la Unión Europea y, algo muy importante, todos consideran apoyar la creación de un nuevo gobierno.

Por todas partes se escucha la misma idea, aunque un nuevo gobierno no es suficiente porque el desastre provocado por las explosiones del martes 4 sacó a flote el mal funcionamiento del sistema político, no solamente del gobierno actual. Por supuesto, los libaneses quieren decidir por ellos mismos sin intervención de ningún país, algo sumamente complicado cuando la región, y Líbano en particular, ha sido constantemente escenario de disputas internacionales.

Ahora mismo los recursos de hidrocarburos en el Mediterráneo, frente a Chipre, han puesto de nuevo en la palestra la intención de realizar perforaciones en la zona de Levante, frente a las costas liba-nesas, con contratos firmados con Total, ENI y Novatec.

Sin embargo no hay posibilidad de realizar perforaciones en la zona debido al veto que impuso Estados Unidos mientras no haya un acuerdo respecto al Bloque 9 -las fronteras marítimas que han sido diseñadas-, tema donde Israel también influye.

El escenario es complejo porque otros países de la región -como Turquía, Irán y Egipto- están atentos a los yacimientos en el mar profundo. Y la presencia de esos países enciende las alertas en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR