Y el gobierno federal se echa para atrás

AutorCarlos Acosta Cordova

En contra de su discurso y a pesar de toda la argumentación técnica y económica que había esgrimido desde el 1 de enero, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto decidió dejar intactos los precios de la gasolina y el dí-sel, que estableció en aquella fecha y que tanto repudio social le generaron.

El gobierno prefirió tomar una decisión política y echar a la basura todas las "horas-rollo" que invirtió -con particular énfasis lo hicieron el propio mandatario y su secretario de Hacienda, José Antonio Meade- en tratar de convencer a una población que nada le cree, de que el precio de esos combustibles tiene que responder y reñejar el precio internacional tanto del crudo como el de las gasolinas, así como el precio del dólar y los costos de refinación, transporte y almacenamiento; también, el margen comercial de venta y los impuestos vigentes.

Nada de eso sirvió. Y aunque la evolución reciente de todos esos factores, según dijo la Secretaría de Hacienda el pasado viernes 3, daban para aumentar en al menos unos 70 centavos dichos precios, el gobierno decidió que no habría "gasolinazo" el pasado sábado 4, como lo establecía el cronograma oficial que la Comisión Reguladora de Energía emitió el 27 de diciembre último.

Y tampoco habrá el de media semana ni los dos previstos para la siguiente semana y que iniciarían el día 11.

Así, entonces, y hasta el 17 de febrero, la gasolina Magna seguirá costando en promedio 15.99 pesos el litro -2.01 pesos más, el 14.5%, que en diciembre-; la Premium se mantendrá en el promedio establecido de 17.79 pesos el litro -2.98 pesos, el 20.1%, más que en diciembre- y el dísel seguirá en 17.05 pesos el litro, que es un precio superior en 2.42 pesos, el 16.5% más del que tenía al terminar el año pasado.

Y si no se le ocurre otra cosa al gobierno, el próximo viernes 17 deberá dar a conocer los nuevos precios -más altos o más bajos, según los factores que los determinan- que regirán, pero sólo el sábado 18 porque después de ese día los precios máximos de los combustibles se modificarán diariamente, de acuerdo con el cronograma de la Comisión Reguladora de Energía.

Todavía la semana pasada autoridades de los sectores financiero y energético, y aun el presidente Peña Nieto -además de los farragosos spots en radio y televisión que aseguran que si las gasolinas están caras es porque el petróleo y el dólar también lo están-, insistían en que a partir del día 4 dichos energéticos tendrían un nuevo precio.

Antes, inclusive, el propio secretario de Hacienda, José Antonio Meade, dejó entrever que ese día, el sábado pasado, aumentarían los precios, aunque, dijo, "en modo alguno" serían de la misma magnitud que los decretados el 1 de enero.Y eso, explicó el 26 de enero, porque el precio del petróleo en el mundo se ha mantenido estable en el último mes, aunque el tipo de cambio sí se ha movido mucho.

Lo único que quedó claro con la decisión del viernes 3, de no mover los precios de los combustibles, es que ya estaba ya tomada, y no por una razón económica -que fue el eje de todo el discurso oficial desde el 27 de...

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