Golpeteo contra el PAN, pero sin nocauts

AutorJorge Carrasco Araizaga

Sin estridencias políticas la administración de Enrique Peña Nieto ha empezado a ajustarle cuentas a los sexenios panis-tas. En apenas un año y tres meses de gobierno, de la mano del procurador Jesús Murillo Karam, ha exhibido nacional e internacionalmente a los dos anteriores mandatarios, sobre todo a Felipe Calderón. Pero los efectos hasta ahora son más mediáticos que judiciales contra los principales responsables del gobierno pasado, a quienes ni siquiera les ha abierto procesos administrativos, mucho menos penales.

A diferencia de la inacción del expresidente Vicente Fox contra los gobiernos priistas, Peña Nieto puso en su agenda la revisión de asuntos que, al tiempo de redituarle, dejan mal parados a los panistas. Y su gran instrumento ha sido la Procuraduría General de la República (PGR), la cual ha puesto al descubierto lo mismo redes de protección política y económica del foxismo que los fracasos rotundos, abusos y "errores" de Calderón en su costosa campaña armada contra la delincuencia organizada.

Con casos como el fiasco de la Operación Limpieza y el descrédito de los testigos protegidos que usó Calderón para acusar y encarcelar incluso a generales, Peña Nieto ha impuesto la agenda en los medios. Pero no ha ido más allá.

Salvo las actuaciones judiciales dirigidas hacia algunos empresarios protegidos de los gobiernos panistas y la principal operadora contra el PRI en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, la expriis-ta Elba Esther Gordillo, no ha emprendido hasta ahora acciones legales contra exfuncionarios de primer nivel, pese a las probadas responsabilidades de algunos. Sólo los ha exhibido.

Algunos priistas, como el senador Omar Fayad Meneses -del llamado Grupo Hidalgo, donde también se ubica a Muri-llo Karam-, quieren ir más allá para que se establezcan responsabilidades contra algunos exfuncionarios panistas y que casos como el de los narcotraficantes Joaquín El Chapo Guzmán y Nazario Moreno, El Chayo, no queden en meras pifias.

Hasta ahora Peña Nieto se ha limitado a mostrarlos como corruptos, ineficaces y abusivos. Apenas asumió el poder, en enero de 2013 facilitó la liberación de la francesa Florence Cassez, cuyo encarcelamiento se convirtió en una causa de Calderón y su hombre fuerte, el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. El mandatario panista estuvo dispuesto al conflicto con Francia con tal de no verla fuera de prisión al menos durante su gobierno.

La liberación de Cassez fue ordenada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en una votación dividida, pero el voto decisivo fue del primer ministro del máximo tribunal del país propuesto por Peña Nieto: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Con apenas un mes como ministro y sin ninguna experiencia como juez, acabó por definir la salida de Cassez de la cárcel y del país.

Pero Peña no fue más allá, pese a que los ministros determinaron que una docena de exfuncionarios encabezados por García Luna fueron responsables de graves violaciones constitucionales durante la detención de la francesa en diciembre de 2005.

En ese entonces, cuando a Fox le quedaba un año en el poder, García Luna era director de la Agencia Federal de Investigación, ahora Agencia de...

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