Grillotina / El Pepsiquiatra y el Cocaloco

Ni a quién irle.

Manlio Fabio Beltrones, quien aspira a ser Presidente, trae gran bronca con Vicente Fox, quien no quiso serlo.

(Manlio ya lo hubiera sido, si no le matan a su paisano Colosio. Pero ese parece ser mal de sonorenses: el sueño de toda la vida de Alfonso Durazo, más modesto él, fue ser secretario particular de un Presidente de la República. Primero se lo frustró el atentado contra Luis Donaldo, Fox si le dio el nombramiento, pero ese sexenio no tuvimos Presidente, sino Presidenta. Finalmente, Durazo le echó el ojo... y la sal a Andrés Manuel López Obrador)

Ocurre que al senador Beltrones se le ocurrió insinuar que los niños Bribiesca pudieran estar detrás de la empresa que supuestamente provocó la muerte de los petroleros, por la falla de las famosas mandarinas. Y en lugar de los hijos de la señora Marta salió a Fox dispuesto a partirle su propia "mandarina a gajos", cual dicen los chavos de hoy.

En lugar de defender la inocencia de sus hijos adoptivos-los otros son nomás adoptados-,don Vicente expresó que Manlio Fabio carecer de autoridad moral para criticar, porque tiene un "récord"- expediente- en la DEA por presunta protección a narcos. El líder parlamentable replicó que ese asunto ya lo desecharon las autoridades priistas hace 10 años, con lo cual no quedó claro si fue exonerado o ex honrado.

Pero tuvo una buena puntada Beltrones: lo que Fox necesita, dijo, es un psiquiatra. Y ello nos da la oportunidad de suponer que el ex Primer Mandilatario decide buscar un loquero y se topa con uno que está a punto de quedarse sin chamba: el Reactor Atómico de la Universidad Nacional, doctor Juan Ramón de la Fuente.

(Este De la Fuente, secretario de Salud que no curaba ni una gripe, según declaró su propio ex jefe, Ernesto Zedillo, quien parece que ahora trabaja como curador de museos en Nueva York)

-¿Cuál es su problema, querido paciente?...-preguntaría el psiquiatra De la Fuente al hombre cuyas piernas desbordan varios centímetros del diván.

-Siento que todavía soy...

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