Una guerra estéril

AutorBeatriz Lecumberri

JERUSALÉN.- La operación militar israelí en Gaza desconcertó por su intensidad y duración, sorprendió por la capacidad del movimiento islamista Hamas para resistir y contraatacar y provocó en ambas partes una desoladora sensación de deja vu.

En vidas el balance de la ofensiva es trágico. Hasta el viernes 25 más de 800 palestinos habían fallecido en Gaza, de los cuales una cuarta parte eran niños y alrededor de 600, civiles.

Además 500 viviendas fueron totalmente destruidas. Escuelas, hospitales, instituciones oficiales y mezquitas acabaron convertidas en una montaña de escombros y los sistemas de distribución de agua y electricidad resultaron tan dañados que necesitarán grandes aportes internacionales para ser reconstruidos.

Del lado israelí al menos 35 soldados y tres civiles perecieron en esta ofensiva. Para el gobierno de este país dichas cifras son elevadas y aumentan los interrogantes entre la opinión pública israelí.

Israel inició esta operación para debilitar las estructuras de Hamas, poner fin al lanzamiento de cohetes de las milicias palestinas hacia su territorio y destruir los túneles que esa organización ha construido durante los años de aislamiento de Gaza. Sin embargo tras casi tres semanas de ofensiva el ejército israelí admitió que sólo 40% del arsenal de Hamas había sido neutralizado, ninguno de sus líderes fue detenido o aniquilado y sólo 30 túneles han sido destruidos.

Portavoces militares explicaron que necesitarían otras dos semanas para acabar con todos los pasadizos que existen bajo la franja de Gaza y llevan a Israel o a Egipto, por el sur.

Círculo vicioso

Si se tiene en cuenta la apabullante superioridad militar de Israel, este balance resulta limitado para justificar tanta muerte.

"Esta situación ya la hemos vivido en 2008 y en 2012. Todos se proclaman vencedores pero todos salen debilitados. Al no conseguir sus objetivos por la fuerza, protagonizan nuevos episodios de violencia más aguda para finalmente volver de nuevo al punto de partida. Y desgraciadamente tiempo después todo se repite", explica a Proceso Jesús NúñezVillaverde, codirec-tor del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria de Madrid.

"En esta ocasión, por el camino quedará desmantelado el gobierno de unidad nacional palestino (entre Hamas y Al Fatah, del presidente Mahmud Abás) cuyas diferencias se han vuelto a hacer muy visibles y, como era previsible, no habrá elecciones generales palestinas en seis meses. Y en Israel, el apoyo...

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