La "guerra del shabbat"

AutorBeatriz Lecumberri

JERUSALÉN.- Viernes por la tarde en Jerusalén. En cuestión de minutos la parte oeste -o israelí- de la ciudad se vacía de gente y vehículos y las calles son invadidas por un profundo silencio. La mayoría de los comercios y restaurantes cierra sus puertas y el transporte público deja de funcionar. Una sirena que se escucha desde prácticamente cualquier lugar de la ciudad anuncia a sus habitantes el inicio del shabbat, 24 horas en las que actividades como responder el teléfono, conducir, calentar comida en el microondas o encender la luz están prohibidas, si los preceptos del judaismo se respetan a rajatabla. "Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios, y no harás trabajo alguno. Ni tú ni tu hijos ni tus esclavos ni tu ganado", dicta el Éxodo. "El que trabaje en shabbat es reo de muerte. Ese día no haréis lumbre en ninguno de vuestros poblados", añade el mismo libro del Antiguo Testamento.

Las obligaciones del shabbat se detallan en varios pasajes de la Biblia, interpretados y respetados al pie de la letra por la comunidad ultraortodoxa judía que representa sólo 20% de la población de Jerusalén.

Pero la presión religiosa se extiende por toda la ciudad ante la impotencia y el hastío de los judíos no religiosos o quienes profesan otra religión y también viven en la ciudad. En urbes más laicas, como Tel Aviv, el shabbat se vive con una mayor libertad, pero en Jerusalén la cohabitación se torna complicada y las estrictas reglas del judaismo chocan estruendosamente con la realidad del siglo XXI.

En las últimas semanas se vive uno de esos periodos difíciles, un nuevo episodio de "la guerra del shabbat" avivada por varios hechos concretos: una gran sala de cine recién inaugurada decidió abrir en sábado, varios restaurantes también optaron por trabajar durante el fin de semana y una pequeña cooperativa de autobuses fue creada para brindar transporte durante el día de descanso judío.

Presionado por los partidos religiosos, el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, un empresario laico, ordenó el cierre durante shabbat de ocho pequeños supermercados de la ciudad, abiertos todos los días de la semana.

Paralelamente, los partidos de fútbol de la liga profesional estuvieron a punto de suspenderse por una decisión judicial y en el ayuntamiento de Jerusalén, concejales laicos y religiosos se enfrentan por un futuro plan municipal de alquiler de bicicletas, que según los ultraortodoxos no debe...

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