La guerra por el voto religioso en Estados Unidos

AutorBernardo Barranco V.

La presidencia demócrata de un afro-descendiente, como Barack Obama, conmocionó a la clase política anglosajona y al conservadurismo de pastores cristianos que, sin duda, jugaron un papel crucial en la derrota de Hillary Clinton, de tal suerte que para 2020, según el famoso pastor Jim Wallis, "votar en esta elección podría volverse más confesional que electoral o partidista. Se convierte no sólo en un referéndum sobre nuestra democracia, sino en un referéndum sobre nuestra fe".

A pesar de un creciente proceso de secularización y desapego de las nuevas generaciones a la religión, Estados Unidos es la nación, en comparación con otros países industrializados, con el mayor nivel de religiosidad. Poco menos de 90% cree en Dios y 55% dice que reza regularmente, mientras en Francia lo hace sólo 10% y en Reino Unido 6%. Históricamente, la diversidad de las comunidades religiosas en la conformación de la nación llevó a la separación histórica de las Iglesias con el Estado. El pluralismo religioso fue protegido creando diversos mercados para la religión. Esto explicaría por qué las Iglesias se han convertido no sólo en lugares dinámicos de culto, sino también en lugares de formación, intercambio, protección social y cultural, incluso para inmigrantes y minorías. Dicho de manera diferente, las Iglesias no sólo aportan la salvación de las almas, sino que se han convertido en espacios de agregación social, proporcionando identidad y conciencia social.

Existe un conservador nacionalismo cristiano bajo la supremacía blanca. El gran relato de Norteamérica es que nace como una nación cristiana. Los pioneros fundadores, cristianos blancos, son, por tanto, los genuinos líderes de la nación. Sin embargo, ese mismo cristianismo puritano fundamentó teológicamente la existencia y el ejercicio de la esclavitud. Dicha supremacía blanca en Estados Unidos significa que protestantes y protestantes evangélicos blancos han disfrutado de privilegios no otorgados a las comunidades religiosas no blancas, evangélicas o de otro tipo.

En las últimas elecciones presidenciales, un conjunto de temas religiosos ha pasado a primer plano en el debate político. Ese conjunto han sido el aborto, los derechos LGBTQ, familias igualitarias y la libertad religiosa.

Como candidato, Joe Biden habla desde su fe, mientras Trump lo hace desde la religión. Biden, a pesar de ser católico, no cuenta con el respaldo automático de los católicos blancos que le miran con desconfianza por las posturas...

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