Guerrero: el riesgo de ser sacerdote

AutorRodrigo Vera

Triste por los recientes asesinatos de cuatro sacerdotes de su diócesis, Maximino Martínez, obispo de Ciudad Altamirano, comenta: "Esos crímenes me duelen profundamente. Son golpes muy duros, durísimos, pues mis sacerdotes son como mis hijos o mis hermanos. Pero debo hacerme fuerte y reponerme. Ni modo, me tocó desempeñar mi ministerio en esta violenta zona de Guerrero".

-Los informes señalan que a escala mundial su diócesis es la más peligrosa para ejercer el sacerdocio. ¿Es cierto?

-Al menos en los últimos meses no conozco otra donde se haya dado tanto crimen y tanta violencia contra el clero. ¡No la conozco! Quizás en algunos lugares convulsos del oriente islámico exista una violencia parecida, pero no en el mundo católico.

En su reporte de 2014, El riesgo de ser sacerdote en México, el Centro Católico Multimedial asegura que, por lo menos en América, el país más peligroso para la Iglesia Católica es México, donde "la tendencia de atentados contra sacerdotes sigue al alza". Sólo en los dos primeros años del sexenio de Enrique Peña Nieto, ejemplifica, los ataques aumentaron 100% respecto del mismo periodo del sexenio anterior.

El informe ubica a Guerrero como la entidad más violenta de México; y entre las cuatro diócesis guerrerenses, a Ciudad Altamirano como la más peligrosa.

Acababa de salir ese documento cuando un nuevo crimen en Ciudad Altamirano sacudió a la opinión pública internacional: el del joven sacerdote Gregorio López Go-rostieta, levantado el pasado 22 de diciembre y tres días después localizado muerto, con un balazo en la cabeza.

El Vaticano encendió los focos rojos. El Papa Francisco dijo que el padre Gregorio fue "víctima de una injustificable violencia", y el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, lanzó en nombre del pontífice la siguiente recomendación por escrito: "Su santidad, al expresar una vez más su firme reprobación de todo atentado a la vida y dignidad de las personas, exhorta a los sacerdotes y demás evangelizadores de la diócesis a proseguir con ardor su misión eclesial, a pesar de las dificultades".

En el corredor de la casa obispal, sentado en un macizo sillón de madera tras oficiar una misa en catedral, el obispo Martínez se dice "fortalecido" por este apoyo de Bergoglio: "En estos momentos tan difíciles, el Papa Francisco me acompaña y me da fortaleza. Él conoce muy bien la situación en la diócesis, donde la violencia a veces aflora más y a veces parece que se aplaca un poco".

-¿Usted le ha informado personalmente al Papa sobre el asunto?

-Sí, lo hice durante la visita Ad limina que tuvimos los obispos mexicanos en mayo pasado...

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