El "gusano naranja", un caos

AutorSara Pantoja

La advertencia sobre las condiciones de riesgo para los más de 650 mil usuarios diarios de la Línea 1 del Metro -la más antigua del Sistema de Transporte Colectivo (STC) y donde el martes 10 un choque de trenes dejó un muerto y 41 heridos- data por lo menos de hace seis años.

Y aun cuando las autoridades han reconocido la urgencia de modernizar las instalaciones de esa línea del llamado "gusano naranja" -incluso han hecho varios diagnósticos y planes de inversión-, las constantes fallas en el servicio se suman a la saturación de los convoyes, algunos de los cuales están en pésimas condiciones, como lo evidenció el percance de la semana pasada.

El anterior titular del STC, Joel Ortega, renunció al cargo en julio de 2015, luego del aumento de dos pesos en el precio del boleto que entró en vigencia el 13 de diciembre de 2013 y del escándalo por el cierre temporal de la Línea 12 a partir del 11 de marzo de 2014.

Su sucesor, Jorge Gaviño Ambriz, expresidente de la Comisión Especial para investigar las fallas de la llamada "Línea Dorada" en la Asamblea Legislativa y militante del Partido Nueva Alianza, asumió el cargo el 24 de julio de 2015.

Dos semanas después presentó un diagnóstico preliminar del Metro en el cual destacó el "gran retraso" en los programas de mantenimiento de los trenes -sobre todo los de la Línea 1, que circulan de Observatorio a Pantitlán y viceversa- por falta de refacciones, materiales e insumos, así como por convoyes en circulación insuficientes y fallas cada mil 200 kilómetros en puertas, ventilación, lámparas, audio y pisos, principalmente.

Con respecto a las condiciones de las instalaciones fijas, admitió que no eran "alentadoras". Los durmientes, dijo, están en mal estado; la barra guía y los rieles están desgastados; los aparatos de vía y de protección eléctrica están desajustados; los interruptores, seccionadores y protecciones eléctricas presentan averías con frecuencia.

Respecto a la infraestructura civil, túneles, viaductos y estaciones, Gaviño marcó la afectación por los asentamientos diferenciales y las condiciones del subsuelo que provocaban deformaciones en las vías y afectaban las instalaciones de las líneas A, 5, 9 y 3 en particular.

Y sobre el sistema de señalización y pilotaje automático, informó que eran "antiguo y obsoleto, requiere de mantenimiento intensivo, pero urge su sustitución en las primeras ocho líneas de la red, comenzando por la 1". A esos factores agregó el robo de cable, deterioro interior y exterior de las estaciones, filtraciones de agua, falta de techumbres en puntos específicos, en vías con riesgos de deslizamiento y en...

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