Habla Isabelle Huppert de su actuación en "En otro país"

AutorColumba Vértiz De La Fuente

La actriz fetiche del célebre director francés Claude Chabrol y tan admirada por su intenso papel en La pianista del austríaco Michael Haneke, Isabelle Huppert ocupa ahora las marquesinas de las salas fílmicas en México por su triple actuación en el largometraje En otro país, Hong Sang-soo, el más reconocido creador del cine de autor surcoreano.

Expresa su gusto y emoción de que esta película se proyecte en México:

Estoy muy contenta que la cinta de Sang-soo se vea en esta nación. A mí me gusta mucho el cine mexicano.

Isabelle Huppert trató al director y guionista por primera vez en la capital de Francia (según cuenta telefónicamente a este semanario la ganadora de múltiples reconocimientos en Europa), durante la inauguración de una retrospectiva de filmes suyos en la Cinémathéque. Semanas más tarde lo vio en Seúl, Corea del Sur, donde se exhibía una exposición de fotos de la actriz, pero como modelo:

Allí nos encontramos y me pidió que participara en su próxima película, la cual estaba a punto de filmar. Todo fue muy rá-pido, del momento en que nos conocimos hasta que se acabó el rodaje de la película pasaron cuatro meses.

Resalta tras un suspiro:

¡Fue una aventura muy original!

-¿Le dio tiempo de ensayar con el guión?

-Con Sang-soo no lees guión, ¡porque no hay guión! Sin embargo, él me contó la historia. Me envió correos electrónicos. Me platicó que iban a ser tres personajes femeninos: la primera era una joven documentalista; la segunda una mujer que vería a su amante en un pequeño pueblo, y la tercera una madre que se encontraba en ese pueblo, un poco solitaria. Eso es todo lo que sabía.

Después me pidió que le enviara fotos mías con diferentes vestidos para cada personaje que me describió. Llegué a su país con varias posibilidades de vestimenta en mis maletas. Eligió muy rápido los vestuarios, con una gran certeza y una gran precisión, cada vez que empezábamos alguna nueva escena. Sang-soo escribía las escenas por las noches y nos las llevaba por la mañana. Entonces, había que memorizar-las muy rápido y no era fácil porque había muchos textos que aprender. Al contrario de lo que podemos pensar, no es un cine improvisado, para nada.

Ejemplifica con los diálogos:

"Todos nos los entregó por escrito e incluso, aunque parecen improvisados, no lo son. Para mí la dificultad fue que como trabajaba con actores coreanos que hablaban en su lengua, yo debía memorizar el final de sus palabras en su idioma fonéticamente; pero, bueno, el...

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