Herencia de odios

AutorBeatriz Pereyra

En enero de 2014, como cada año, Mario Vázquez Raña festejó el día de su santo abriendo las puertas de las oficinas de la Organización Editorial Mexicana (OEM) para que todos sus amigos, políticos, empresarios o miembros de la familia olímpica nacional acudieran a felicitarlo.

Al tercer piso del edificio de la colonia San Rafael llegaron aquel viernes 17 de enero los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Hacienda, Luis Videgaray. Después de un largo rato de platicar en la oficina del dueño de la OEM, los tres salieron a convivir con el resto de los asistentes a la gran fiesta. Al abrir la puerta se encontraron con el director de la Conade, Jesús Mena, y con el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla Becerra.

Delante de Osorio Chong y de Videgaray, Vázquez Raña no se contuvo para criticar a Jesús Mena. Lo cuestionó por su desempeño al frente del deporte nacional. "No estás haciendo un gran trabajo", soltó. Se hizo un incómodo silencio. Minutos después, Mena y Padilla se retiraron. "El resto de la tarde, el regaño fue la comidilla entre los invitados", confirma a la reportera uno de los amigos del empresario que estuvo presente.

Ese día se fracturó para siempre la añeja relación de amistad que "don Mario" guardó con el medallista olímpico a quien, él mismo, el 27 de septiembre de 2012, "destapó" como el próximo "ministro del deporte", cuando el PRI regresara a Los Pinos con Enrique Peña Nieto como presidente.

La ruptura entre Mario Vázquez Raña y Jesús Mena se gestó de a poco. Comenzó en marzo de 2013, cuando el presidente vitalicio del COM se enteró por los medios que Jesús Mena contrató a su amigo Mario Ramírez Barajas para trabajar en la Conade. Ramírez Barajas fue acusado públicamente por su exjefe, Nelson Vargas, de haber pedido "mochada" a directores de institutos del deporte cuando se desempeñó como subdirector de Cultura Física (Proceso 1899) en el sexenio que Vargas dirigió la dependencia del deporte.

Tras los señalamientos, Ramírez Barajas pidió licencia para "limpiar su imagen". Vázquez Raña reclamó a Mena la torpeza del nombramiento. A pesar del regaño, el director de la Conade le dijo que lo regresaría al cargo de asesor que le había dado -aunque, de facto, también manejaba otras áreas-. Vázquez Raña le ordenó que no lo hiciera. No tuvo más remedio que obedecer.

Dos meses después, Vázquez Raña trinó de coraje contra Mena cuando el diario Reforma publicó que un grupo de arqueras mexicanas...

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