Hermano Francisco

AutorJorge Sánchez Cordero

Las tensiones, contradicciones y la violencia han caracterizado en los últimos tiempos a las sociedades contemporáneas. La mexicana no ha sido excepción; antes al contrario, se ha visto abrumada por ese estado de cosas, que la han conducido a un aturdimiento. Situaciones como éstas han quedado sintetizadas en la poesía, algunas veces de manera explícita y otras mediante símiles y metáforas. Ante este escenario, la conducción pastoral debería también constituirse en un bálsamo que atemperara las condiciones lacerantes a las que ha sido expuesta la sociedad. El poema Los motiuos del lobo, de Rubén Darío, fue publicado por primera ocasión en el número 32 (diciembre, 1913) de la revista Mundial Magazine (1911-1914), que dirigió el propio escritor en París. Este trabajo tiene su antecedente en la obra Actus bea-ti Francisci et sociorum eius; de autor anónimo y compilada posteriormente por Jacques de Massa (fray Hugolin de Montegiorgio), fue traducida en el siglo XIV por un oscuro fraile sienes bajo el título Florecillas de San Francisco (Capítulo XXI).

El poema recoge una vieja leyenda según la cual Francisco de Asís liberó a la ciudad italiana de Gubbio de un temido lobo, cuya imagen quedó así vinculada irremisiblemente a la del propio místico. En la práctica jurídica de la Edad Media, este preda-dor se asociaba al arquetipo herético, que se encontraba fuera de la ley. En las Florecillas se recurre al cánido para construir una parábola que expresa la concepción franciscana de que todos los seres humanos merecen justicia (Paul Sabatier 1858-1929).

El uarón que tiene corazón de lis alma de Querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís está con un rudo y torvo animal, bestia temerosa, de sangre y de robo las fauces de furia, los ojos de mal: el lobo de Gubbia, el terrible lobo rabioso, ha asolado los alrededores; cruel ha deshecho todos los rebaños deuoró corderos, deuoró pastores, y son incontables sus muertes y daños.

La lectura del poema, enormemente popular en América Latina, ha provocado múltiples interpretaciones desde muy diversos ángulos, aunque el presente ensayo está muy lejos de agregar una más. Lo que sí busca es analizar si ha trascendido su época y si el veredicto del tiempo le ha sido favorable. Para ello resulta importante situarlo en nuestro ciclo histórico.

Máximo exponente del modernismo en Hispanoamérica, Darío fue enviado por el gobierno de Nicaragua para participar en su nombre en las fiestas del primer...

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