Los héroes caídos

AutorPatricia Lee

Quiere llegar a las estrellas y saltar tan alto que nadie pueda alcanzarla. Ha batido 28 récords mundiales y apoyada en su garrocha se ha elevado más que cualquier otra mujer: 5.06 metros.

Campeona olímpica en dos ocasiones; seis veces campeona mundial; dos veces campeona de Europa, esta mujer que provocó una revolución en su especialidad quiso llevarse por tercera vez el oro olímpico en Londres para retirarse con todos los honores en 2013... pero no pudo.Terminó con marca de 4.70 metros que le alcanzó para el bronce.

Considerada la más exitosa deportista rusa, Elena Gadzhiyevna Isinbayeva, de 30 años, lleva en sus venas la sangre de Volgogrado, la ciudad heroica de la Unión Soviética, llamada Stalingrado hasta comienzos de los sesenta del siglo XX, donde se libró hace 70 años la batalla que cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial y de ese mismo siglo con la derrota del monstruo nazi al costo de 1 millón de víctimas.

A Lena, como le dicen sus familiares y amigos, la distingue el espíritu ruso del sacrificio, la entrega y la dedicación, que es la fibra de las grandes victorias. Si bien ha conquistado las máximas victorias, no es perfecta: ha sufrido derrotas, pero se ha levantado.

Su papá es mecánico y su mamá, ya pensionada, trabajó como vendedora. Desde los cinco años, Lena y su hermana Innesa empezaron a entrenarse en gimnasia deportiva. En realidad, a ella le gustaba más la gimnasia artística, pero a esa edad no siempre hay muchas posibilidades de elegir.

A los 15 años, su entrenador no creía que ella fuera a tener mucho éxito en la gimnasia y la incitó a probar con el salto de pértiga, una especialidad que era nueva para mujeres.

El único entrenador de salto de garrocha en Volgogrado, EvgueniVasilievichTrofimov, sólo se dedicaba a los varones y no quería aceptarla, pero al final decidió hacerle una prueba... y resultó.

Debutó en los Juegos Mundiales Juveniles de Moscú en 1998, en los que obtuvo la medalla de bronce; sin embargo, su paso inicial por los Juegos Olímpicos fue un fracaso. Con solo 18 años viajó a Sídney en el año 2000, donde por primera vez se incluyó el salto de pértiga en las competencias. Lena asistió sin su entrenador, porque no le pagaron el pasaje.

Evgueni Vasilievich logró llegar después, como turista, pero ya era tarde porque Lena no pasó a la final. "Se me olvidó todo lo que me enseñó mi entrenador, hice todo al revés", recordó en una larga entrevista concedida el 6 de marzo de 2012 al sitio web ruso R-Sport...

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