En su historial, traiciones y matanzas

AutorJorge Carrasco Araizaga

José López Portillo y Miguel de la Madrid tuvieron que actuar para detener el protagonismo del expresidente, quien desde que salió de Los Pinos rompió una de las reglas del sistema: el silencio de los exmandatarios.

López Portillo lo mandó lo más lejos que pudo: lo nombró "embajador plenipotenciario" en Australia, Nueva Zelanda y las Islas Fiji, para contener sus ímpetus en la política nacional.

Acabada la "misión diplomática" de Echeverría y de nuevo éste en México, De la Madrid de plano le dijo que sus tiempos ya habían pasado y arremetió contra sus políticas económicas. Era la franca ruptura de la familia del régimen surgido de la Revolución Mexicana.

De la Madrid, quien empezó a derribar las políticas estatistas de los sexenios anteriores, se valió de dos de sus secretarios para defenestrar a Echeverría: Carlos Salinas de Gortari, de Programación y Presupuesto, y Francisco Labastida, de Energía, Minas e Industria Paraestatal.

El propio Salinas de Gortari, ya en los no- venta, acusó a Echeverría de estar detrás de lo que, dijo, era una campaña en su contra, tras haber dejado la Presidencia en medio de una crisis política, financiera y militar, con el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en enero de 1994, contra el que también declaró el habitante de San Jerónimo.

Tlatelolco y San Cosme

Echeverría encarnó la discordia entre los priistas incluso antes de asumir la Presidencia, el 1 de diciembre de 1970. Gustavo Díaz Ordaz, a quien le debió "el dedazo" en el rito sucesorio del régimen autoritario, vivió hasta el final de sus días arrepentido de haberlo hecho mandatario.

En plena crisis por el movimiento estudiantil de 1968, Echeverría, secretario de Gobernación, trató de hacer ver a Carlos A. Madrazo como instigador de los estudiantes.

Madrazo, quien había sido presidente del PRI en el primer año de gobierno de Díaz Ordaz, murió en un accidente aéreo en Monterrey, en junio de 1969, en plena lucha por la sucesión presidencial.

Como secretario de Gobernación Echeverría fue responsable de la Dirección Federal de Seguridad, la policía política del régimen priis-ta, encargada del seguimiento a los líderes del movimiento estudiantil que fue aplastado en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.

Aunque Díaz Ordaz asumió la responsabilidad de la represión al movimiento, los estudiantes siempre señalaron a Echeverría como una de las cabezas detrás de la matanza. Lo mismo hizo, en 2002, la fiscalía encargada de investigar los...

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