Su homenaje al Che

"Sr. José Pagés Llergo

"Director de la Revista Siempre!

"México D. F.

"Alguien me decía que ya resulta extemporáneo escribir algo sobre la muerte del 'Che' con miras a ser aceptado en un periódico, en una revista o en una publicación cotidiana o semanal cualquiera, debido a que la noticia deja de serlo de un día para otro con el nacimiento de sucesos recientes.

"No lo creo: la Historia nunca es extemporánea y el 'Che' es ya Historia.

"Además, en un periódico o en una revista donde se escribe sobre cualquier tópico -desde los perros callejeros hasta los grandes problemas del mundo, pasando por las inútiles 'crónicas de sociedad' y la propaganda pagada de los políticos- unas cuantas líneas dedicadas a la memoria de un hombre revestido con la diferencia que marca a los seres excepcionales que nacen de vez en cuando, tienen que servir de algo; deben de servir aunque no sea sino para oponer una débil pero digna resistencia al caudal enorme de dicterios y falsedades que los enemigos de sus ideas lanzan contra él diariamente y por todos los medios de divulgación que poseen y que los hacen poderosos.

"Trato de acoger mis mal hermanadas frases en la sección de cartas a su revista porque en esta 'industriosa y pujante Sultana del Norte' donde vivo, yo creo que ni pagando 'precio de oro' me publicarían este mi modesto

"HOMENAJE AL'CHE'

"¡El 'Che' ha muerto! Toda la incertidumbre que hubiera podido tener se disipó. Ni fotografías, ni pruebas hechas por peritos en huellas digitales, ni aseveraciones de quienes le vieron por última vez me convencieron como la tristeza de Regis Debray. Y hace poco, a través de 'Radio-Habana', la voz dolorida de Fidel truncó la última esperanza... ¡No hay duda ya! ¡El 'Che' ha muerto!... Pero... ¡No se alegren los enemigos de su pensamiento! ¡No canten victoria los opresores, los verdugos, los 'títeres', los 'gorilas'! Las ideas del 'Che' serán desde ahora el factor fecundante en el germinar de todo proceso revolucionario; su grito de guerra ha llegado y seguirá llegando no a 'un oído receptivo' -como era su deseo-sino a miles de ellos y miles de manos también recogerán sus armas.

"¡No! que no se sientan seguros en sus poltronas tiranos y oligarcas, que tiemblen se pongan alertas: ¡La grandeza de un hombre no se quema!

"Quien sintió siempre suya la tierra que pisaba, quien vio un hermano en cada...

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