Un homenaje mediocre

AutorBlanca González Rosas

Interpretaciones interesantes y provocativas que, en nuestro país, deberían convertirse en detonantes de reflexión, ya que encubren una apropiación del mito y de nuestro arte por parte de los europeos; inclusive, en una muestra a realizarse próximamente en la Gropius-Bau de Berlín, la institución ha asumido que la Kahlo era mexicano-alemana. Sin embargo, en la exposición homenaje que se presenta en el Palacio de Bellas Artes, en lo que corresponde a la sección de pintura, los curadores optaron por una lectura simple que divide las obras en autorretratos, naturalezas muertas y retratos. Mostrados de manera descriptiva, en la exposición se presentan menos obras que las que señala el catálogo: Los cuatro habitantes de la Ciudad de México de 1937 y el Autorretrato con pelo suelto de 1947 no se encuentran en las salas. Y por último, uno de los aspectos más cuestionables de la exposición: La selección de los curadores. Con excepción de Salomón Grimberg, que cuenta con diversas publicaciones sobre Frida Kahlo, los otros miembros sorprenden por su carencia de estudios profusos sobre la artista: Roxana Velásquez, directora del MPBA; Américo Sánchez, subcoordinador nacional de Artes Plásticas; Juan Coronel Rivera, nieto del pintor Diego Rivera y propietario de varios dibujos de la Kahlo que se presentan en la exposición, y Cristina Kahlo, sobrina nieta de Frida y propietaria de varias fotografías que también están en la muestra. ¿Cuáles fueron los criterios que tuvo Teresa Franco, directora del INBA, para seleccionarlos? ¿Es suficiente serfuncionario, familiar o coleccionista para responsabilizarse del homenaje nacional de una artista tan relevante para México y para la...

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